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Chapter 43 - Capítulo 42: La Aventura de Stelle Parte 3

"Je, no cantes victoria, humana." Murmuró Cirrus con un tono burlón. "Sigo aquí. Mientras cumplas tu parte del trato, seré tan dócil como un gatito... más o menos."

Stelle rodó los ojos.

"Qué considerado. Ojalá pudieras ahogarte con una bola de pelos." Respondió en voz baja.

A su lado, Huohuo seguía limpiándose las lágrimas, con el rostro todavía rojo.

"Lo siento." Murmuró Stelle. "No quería decir esas cosas."

Huohuo sacudió la cabeza.

"Lo sé… sé que no fuiste tú. Tú eres amable. La culpa es de ese Heliobus entrometido." Se limpió los ojos.

Mientras ambas avanzaban por el pasillo, Huohuo empezó a hablar como si quisiera olvidarse de lo anterior.

"Desde que el Sr. Cola fue sellado en mi cola, mi vida ha sido una pesadilla. No hay día en que no me fastidie, no hay noche en que no sueñe con que por fin lo expulsen de mi cuerpo."

"Podrías haber evitado todo si me hubieras dejado devorarte." Comentó el Sr. Cola.

"¡Cállate!" Chilló Huohuo. "¡Nadie te lo pregunto!"

Stelle ladeó la cabeza. Huohuo se veía más exasperada que asustada por un momento.

"…A veces pienso que no tengo lo necesario para ser jueza. Cuando salgamos de aquí, voy a presentar mi renuncia." Se cruzó de brazos. "¿A quién se le ocurre enviar a alguien con un Heliobus sellado en la cola a cazar otros Heliobus?"

"Sí quejándote fueras útil..." Murmuró el Sr. Cola. "Aunque... esos talismanes sirven. Algo haces bien, supongo."

"¿Lo ves?" agregó Stelle, sin dejar de avanzar. "Sirves para algo."

"Gracias…" Murmuró Huohuo, aunque seguía insegura.

"Y ya que estamos en eso... una vez me coma a Cirrus, bien podría terminar el trabajo y comerte a ti también." Agregó el Sr. Cola.

Cirrus se rió.

"¿De verdad hablas en serio?" Dijo con burla. "Tal vez hace mil años podrías haber hecho algo... incluso saltarte este laberinto y devorar a Furinox directamente. Pero ahora no eres más que un perro faldero sellado en la cola de una llorona."

"¿Qué dijiste?" Saltó Huohuo.

Stelle frunció el ceño.

"¿Qué quieres decir con eso, Cirrus?"

"¿Ah? ¿No te lo ha contado?" Respondió Cirrus, divertido. "¿No les ha dicho por qué todos los Heliobus se han reunido aquí, en este jardín olvidado?"

Stelle y Huohuo negaron con la cabeza.

"Porque este fue el lugar donde, hace mil años, se libró la gran batalla. Ignamar, el más grande de todos los Heliobus, luchó contra el General del Luofu de aquel entonces, Teng Xiao."

El Sr. Cola gruñó.

"¿Oh? ¿Y tú tampoco les has contado tu glorioso pasado? Qué decepción." Cirrus soltó una risita. "Esa batalla fue un increíble... Devastación por todas partes. Ignamar se transformó una y otra vez, cada forma más poderosa que la anterior. Inundaciones, incendios, terremotos... ¡Fue hermoso! Un auténtico choque entre iguales. Aunque al final... cometió un error. Absorbió demasiados Heliobus, se confió, y perdió por los pelos."

Huohuo parpadeó.

"P-pero... los registros dicen que el general lo derrotó sin problemas..."

"Claro que lo dicen." Cirrus rió. "Los registros humanos siempre alaban a sus héroes. Pero la verdad es que fue un empate."

Stelle bostezo, Cirrus se estaba tardando mucho. No pudo evitar preguntarse mientras miraba la hora en su teléfono.

¿Cuanto faltaba para la cena?

"Después de eso, no pudo mantenerse unido. Se deshizo en fragmentos como yo. Y nos encerraron en el horno. Aunque claro… hay ciertas excepciones. Como el perro llorón de tu cola, por ejemplo."

"¡Tch! Estaba débil cuando me encontró. Mala suerte. Nada más." El Sr. Cola gruño. "Y si no fuera por esa jueza, ahora estaría libre."

"¿Libre?" se burló Cirrus. "Por favor. Ni siquiera fuiste capaz de devorarla. ¿A eso has llegado?"

"Si no hubiera sido por Hanya, yo habría sido su comida." Murmuró Huohuo.

"¿Comida? Hmph ni como un aperitivo servías." Respondió el Sr. Cola con desdén.

Stelle los ignoró un momento, tratando de ordenar las piezas.

"Entonces... ¿por qué los Heliobus quieren repetir esa batalla? ¿Por que seguir los pasos de Ignamar?"

"¿Importa si quiera?" Cirrus rió. "¿Quién dijo que necesitamos una razón? ¿Quieres una respuesta bonita? Porque estamos atrapados en el Luofu, por que este lugar es poco más que una prisión para nosotros. ¿Quieres una más honesta?" Una carcajada se escuchó.

"Porque quiero sacudir este mundo. Como antes. Quiero un nuevo enfrentamiento, volver a sentir lo que se sintió en aquel entonces. Quiero volver a ser Ignamar."

Huohuo retrocedió un paso. Incluso el Sr. Cola guardó silencio un momento.

"¿Y por qué?" preguntó Stelle.

"Una vez fuimos simples llamas. Fuego flotando por el espacio. Sin pensamientos. Sin forma. Sin nombre. Sin propósito. Sin deseo. Pero entonces nos infectaron. Los humanos. Con sus emociones. Con su hambre, su orgullo, su ira, su deseo de más. Nos tragaron. Y en ese proceso, se nos pegó todo lo que eran. ¿Quieres culpar a alguien por como somos los Heliobus? Culpa a la humanidad y su deseo sin fin."

Stelle no dijo nada.

"¿No sería glorioso decir que podemos terminar lo que Ignamar no pudo? La destrucción del horno de la creación fue como una señal del destino ¡Este deseo se hará realidad!"

*******

"¡¿Se abrió sola?!" Gritó Huohuo, señalando la gran puerta que habían intentado forzar antes sin éxito. Ahora estaba entreabierta, dejando ver un corredor oscuro y frío como una garganta sin fondo.

Stelle se adelantó un paso, en alerta. El crujido de la madera aún flotaba en el aire.

"Qué conveniente." Murmuró Cirrus. "Ah, mira allí… en el suelo."

A unos pasos tras el umbral, una hoja de papel descansaba sola sobre la piedra. Stelle la recogió de inmediato.

El polvo apenas la cubría.

Cuentos nocturnos del Jardín del Sosiego – Escena 1, Parte 3

Dentro del Jardín del Sosiego, los raposianos construyeron un santuario oculto, el Bosque Locusiano. Con el tiempo, se alzaron estructuras opulentas, preparadas para quienes deseaban permanecer más de una noche entre la bruma y las oraciones.

Mas cuando el General Teng Xiao llegó, no encontró belleza ni calma. Solo ruina. Escombros. Columnas caídas. Una desolación imposible para un lugar terminado apenas unas décadas atrás.

> 'Ilusiones.' Pensó el General. 'Un juego más del espíritu.' Y avanzó.

Más profundo en el laberinto, lo recibió un joven sirviente ciego, que sostenía una pequeña caja de comida.

> —Ha hecho un largo viaje, General. Mi maestro cree que debe estar cansado y también hambriento. Considere esto una muestra de buena voluntad antes de su encuentro.

Teng Xiao lo miró con severidad.

> —He cruzado puertas que no deberían existir. Si tu maestro busca mi respeto, debería mostrar el suyo. Que se presente sin disfraces ni trucos. ¿O cree que su pequeña obra de teatro ayuda en algo?

El joven no se inmutó.

> —Con semejante descaro, no me sorprendería si esta comida está envenenada —añadió el General, antes de lanzar la caja al suelo.

El contenido chispeó, disolviendo la piedra al tocarla. Veneno potente había estado presente en aquel plato.

El sirviente sonrió.

> —Como era de esperarse del Gran General. Su perspicacia es admirable. Como muestra de respeto, mi maestro le ofrece una elección.

Extendió ambos brazos.

> —En la sala izquierda encontrará cofres. Elija el menos costoso. En la derecha, hay porcelana. Mi maestro dijo:

> 'Usted, que ha visto morir a tantos camaradas, debe tener compasión por los heridos y caídos. Por favor, rompa todos los jarrones azules. Deje intactos los bermellón.'

Teng Xiao alzó la vista. La luna, antes clara, ahora velada por sombras se reflejaba en sus ojos.

> —Tal parece que no me queda más opción que aceptar este trato —dijo mientras avanzaba—. Solo espero que tu amo no se arrepienta de su decisión."

Stelle terminó de leer y levantó la mirada con pereza.

¿Que le pasaba a este Heliobus y su gusto por los acertijos en historias? No leía lo que Dan Heng le decía que era absolutamente necesario y ahora debía leer esto...

Tal vez debería haber dejado que Aleph viniera sólo con Sushang, Marzo y Guinaifen.

Huohuo, temblando, apuntó con el dedo más allá de la puerta.

"E-Ese espejo… es igual al que nos trajo aquí."

Stelle lo vio.

Cirrus flotó a su lado.

"Y así continúa la historia. El espejo los llama de nuevo. ¿Preparada para otra ronda, humana?"

Un dolor de cabeza la asalto.

Malditas cosas complicadas.

"¿Esa voz? ¿Huohuo?"

Una voz se escuchó desde el espejo y Huohuo dio un salto.

"¡¿Xueyi?!"

"Escuchame, un poder desconocido ha envuelto al Jardín del Sosiego, ten cuidado."

Huohuo puso una expresión complicada.

"Aún no hemos encontrado a los demás, y tampoco tenemos idea de donde podrían haber terminado."

El lugar permaneció en silencio durante unos segundos, hasta que Xueyi volvió a hablar.

"Entiendo, pero por el momento lo más importante es que tu y quién este contigo salgan de la ilusión. Ven, atraviesa el espejo y vuelve para este lado."

...

Cuando Stelle y Huohuo abrieron los ojos, lo primero que notaron fue el cambio de entorno.

Ya no estaban en pasillos cerrados ni en cámaras ceremoniales.

Ahora estaban sobre una colina rocosa, rodeadas de una neblina estática. El cielo era gris y opaco.

"¿Estamos..." Murmuro Huohuo mientras miraba a su alrededor. "Encima del Jardín del Sosiego?"

A varios metros delante, el terreno se dividía en tres caminos.

Y al final de cada uno, un espejo idéntico al que acababan de atravesar.

Huohuo se pegó a Stelle por reflejo.

"¿E-estamos atrapadas otra vez?"

Stelle escaneó el lugar con la mirada, mientras una pregunta rondaba por su mente.

"¿Por qué no intentó romper todo con Jonathan?"

Cirrus habló desde algún punto cerca de su oído.

"¿Creyeron que una ilusión creada por Furinox se desarma con una sola elección correcta? Inocentes."

"¿Y ahora qué?" Murmuró Stelle.

Los tres espejos brillaron a la vez.

Y desde cada uno se oyó la misma voz.

—"Huohuo. ¿Estás ahí?"

—"Responde. Soy yo."

—"Puedes salir ya. Estás cerca."

Huohuo dio un paso atrás.

"¡Tres Xueyi!"

"Buena observación." dijo Stelle mientras asentia. "¿Y ahora?"

Huohuo pensó un momento. Luego asintió con una expresión más resuelta mientras apretaba su manos contra su pecho.

"Podemos hacerles preguntas. Cosas que solo Xueyi sabría. La real responderá bien. Las demás fallarán."

Stelle asintió.

"Vamos por eso."

¿Qué día se conocieron?

¿Quién rompió accidentalmente el espejo del despacho de Hanya?

¿Como se llama su hermana?

Solo uno de los espejos dio respuestas consistentes. Las otras dos fallaron en la segunda y tercera pregunta, mezclando detalles o inventando datos.

"Es este." Señaló Huohuo, y avanzaron sin dudar.

Una vez atravesado, el paisaje se distorsionó una vez más.

Pero la nueva sala era… prácticamente idéntica. Misma colina. Tres caminos. Tres espejos. Otra vez, las voces.

—"Huohuo."

—"Estoy aquí."

—"Solo sigue mi voz."

"¿Otra vez…?" Dijo Huohuo con un puchero.

Stelle no respondió. Sacó una moneda de su bolsillo y la lanzó al aire.

Cara.

Comenzaron con las preguntas.

¿A qué edad se unió Huohuo a la Comisión?

¿Que opinan de Huohuo?

¿Qué tan inútil es el Sr Cola según Xueyi?

Otra vez, una respondió con fluidez. Las otras dos tardaron más o dieron respuestas muy fuera de lugar.

Pasaron.

El tercer espacio tenía una estructura similar… pero no idéntica.

El terreno tenía grietas. El cielo era más oscuro. Esta vez, no se escucharon las voces al principio.

Pasaron un minuto observando. Los espejos no dijeron nada.

—"Huohuo. Date prisa."

—"Estás cerca."

—"Aún podemos sacarte."

"Perfecto." Murmuró Stelle. "Otra ronda."

Repetición del mismo proceso. Tres nuevas preguntas.

Pero algo estaba mal.

Huohuo frunció el ceño y se cruzó de brazos.

"Stelle... todas dieron respuestas equivocadas."

Stelle miró los espejos.

"¿Estás segura?"

Huohuo asintió con fuerza.

"Ninguna es Xueyi."

Cirrus intervino desde algún rincón.

"Esperen."

Su forma flotó por encima de una roca lateral y bajó a un desnivel del terreno.

"Allí. Hay un cuarto espejo."

Ambas bajaron. El cuarto espejo flotaba en el aire, suspendido en diagonal.

Sin un camino visible por el cual llegar allí.

"...¿Sera ese el real?" Preguntó Huohuo.

"Sólo hay una forma de saberlo." Dijo Stelle antes de tomar a Huohuo en sus brazos y avanzar a toda velocidad sin previo aviso.

"¡Espera—!" Grito Huohuo entre lágrimas mientras el Sr Cola y Cirrus volaban detrás de ellas con tranquilidad.

Finalmente regresaron a la realidad, o al menos de eso estaban seguras tras sentir el dolor de cabeza monstruoso que ganaron al salir despedidas del espejo y chocar con la pared cercana.

Xueyi estaba justo al lado del espejo mirandolas como si les preguntará que cosa rara estaban haciendo para salir lanzadas de esa forma.

"¿Se encuentran bien?" Preguntó.

Stelle le dio un pulgar arriba mientras se quitaba de encima a una Huohuo rígida y temblorosa con lágrimas en los ojos.

"¿Dónde están los demás?"

"Hanya fue con 7 de Marzo a buscar refuerzos. Sushang salió antes que ustedes, los únicos que no tenemos idea de donde se encuentran son Guinaifen y Aleph. Con suerte ambos están juntos y en buen estado."

Huohuo suspiró y se dejó caer de espaldas.

Una lágrima solitaria bajo por su ojo mientras miraba inexpresivamente el cielo, en su cabeza ya estaba planeando lo que redactaría en sus papeles de renuncia.

Stelle la picó con un palito preguntándose si la emoción fue tanta que no pudo soportarlo y pasó a mejor vida.

...

"No." Respondió Huohuo. "No tenemos idea de dónde están."

Stelle negó con la cabeza.

Xueyi desvió la mirada por un momento antes de asentir.

"Sushang salió con un grupo de escoltalmas para buscarlos. Iban a evitar contacto con los Heliobus, pero considerando la situación… es probable que terminen enfrentándolos."

"¿Tú te quedaste aquí sola?" Preguntó Stelle.

"Para hacer guardia mientras Hanya y Marzo llegan con refuerzos o en el caso de que alguna de ustedes logrará volver." Respondió Xueyi. "Ahora que lo lograron, vamos. Hay que reunirse con el resto."

Comenzaron a caminar, con el eco de sus pasos resonando en el ambiente húmedo del Jardín del Sosiego. La niebla se arremolinaba cerca del suelo.

Xueyi frunció el ceño y presionó el comunicador en su oído.

"...Perdimos contacto." Dijo con un tono más bajo. "Lo último que informaron fue que encontraron un Heliobus más poderoso de lo normal."

El entorno cambió gradualmente.

Las ruinas a su alrededor se restauraron, como si estuvieran recién construidas. Los árboles secos recuperaron hojas, las piedras rotas se alisaron. Las linternas colgantes volvieron a brillar con llamas estáticas.

Un fuego fantasmagórico de un color verdoso lleno el lugar junto con una niebla.

"¿Qué está pasando…?" Murmuró Huohuo.

"Ilusión." respondió Cirrus. "Furinox ya absorbió a muchos de los Heliobus dispersos. Lo suficiente para distorsionar el entorno. Esta apariencia… así es cómo lucía el Jardín del Sosiego la noche en que Teng Xiao se enfrentó a Ignamar."

"Recrear el escenario para una segunda batalla." Añadió Sr. Cola. "Pretende provocar al General actual."

Cirrus se deslizó al lado de Stelle y Huohuo.

"Está preparándose. Si logra alimentarse de unos cuantos humanos más, estará listo. Puede que las escoltalmas y esa Sushang de la que hablan hayan sido capturados con ese propósito."

"Y si lo logra, el daño será considerable." Dijo Xueyi. "Por eso, ustedes dos serán clave."

Huohuo dio un paso atrás.

"¡¿Q-qué?! ¡¿Nosotras?!"

"Alguien poseído por un Heliobus no puede ser poseído por otro." Explicó Xueyi sin detenerse. "Es por eso que serán tan importantes en esto."

"Yo no soy buena peleando…" Murmuró Huohuo, bajando la cabeza. "No puedo—"

"Tienes más valor del que crees." Xueyi la interrumpió. "Desde que entraste a la Comisión hace 38 años, no he visto a nadie capaz de mantener un Heliobus en su cuerpo tanto tiempo sin ser consumido."

"No fue resistencia…" Murmuró Huohuo. "Es más como si… el Sr. Cola y yo simplemente… ¿Creo que ya podemos ser considerados amigos?"

"Hmph." Gruñó el espíritu. "No soy amigo de la comida."

Xueyi vio que Huohuo empezaba a calmarse, y asintió.

"Furinox es poderoso, pero no invencible. Si conseguimos dividirlo, se puede sellar. Se hizo antes. Podemos hacerlo de nuevo."

Cirrus giró lentamente en el aire, observando el entorno.

"Entonces sólo falta decidir dónde. Necesitan un lugar adecuado para ejecutar el plan."

"El Pabellón de la Golondrina." respondió Xueyi. "Es amplio, y relativamente fácil de controlar. El escenario perfecto para la contienda."

"Bien." Cirrus pareció satisfecho. "Pero queda un detalle. ¿Cómo van a atraerlo? Furinox no es idiota. Necesitan una provocación."

Stelle cruzó los brazos.

"¿Qué propones?"

"Déjame hablar con él." dijo Cirrus. "Voy a provocarlo. Hacerlo quedar en ridículo. Siempre ha tenido el ego de una montaña. Mencióname y se irrita. Haz un chiste y pierde el control."

Xueyi lo miró con desconfianza.

"¿Por qué estás ayudando?"

"¿Hace falta una razón?" Cirrus giró una vez en el aire. "¿Quizás odio a Furinox? ¿Quizás quiero reunir todos los fragmentos y volverme el nuevo Ignamar? ¿O tal vez quiero que la Comisión de los Diez Líderes me vea con buenos ojos y me libere?"

Sr. Cola suspiró.

"No sé qué busca, pero entre todos, él es el único lo bastante irritante como para hacer enojar a Furinox. Tengo que admitirlo… entre todos los Heliobus, es el más insoportable. Ideal para el trabajo."

"...Molesto y ruidoso." Añadió Xueyi. "Perfecto para la distracción. Pero eso no lo hace confiable."

"No lo soy." admitió Cirrus con alegría. "Pero lo que si sé, es que soy su mejor opción. Y ustedes no tienen tiempo para buscar otra o hacer un plan mejor."

Huohuo miró a Stelle con preocupación.

Stelle suspiró y alzó la vista.

"...Lo haré."

Cirrus giró una vez más y soltó una carcajada suave.

"Maravilloso. Entonces, vamos a preparar la escena."

*********

"Estoy lista." dijo Stelle.

Cirrus flotaba sobre su hombro.

Xueyi y Huohuo la acompañaron hasta el borde del pabellón. Desde esa altura, se veía el interior del Jardín del Sosiego, deformado aún por la ilusión de Furinox.

"Muy bien." Cirrus descendió lentamente. "No te muevas mucho, trataré de no humillarte demasiado usando tu cuerpo."

"Sólo habla." Replicó Stelle mientras comenzaba a arrepentirse.

El Heliobus se fundió con ella.

"¡Furinox!" Gritó con una energía y burla. "¿Dónde estás, imbécil? He traído un cuerpo interesante conmigo… Tal vez lo reconozcas. ¡Es una de las que ahuyentó a Phantylia! Créeme que su sabor es espectacular."

Su llamado no tardó en ser respondido.

Una onda de calor deformó el aire frente al pabellón.

Llamas verdosas comenzaron a formar un círculo en el suelo.

"...¿Guinaifen?" Murmuro Huohuo confundida.

Así como Stelle estaba siendo manejada por Cirrus, Furinox parecía estar manejando a Guinaifen.

Detrás de ella, varias siluetas avanzaron.

Escoltalmas.

Sus ojos también brillaban en ese mismo tono verde. Sólo avanzando en silencio y de forma obediente.

"Poseídas…" Murmuró Xueyi con el ceño fruncido.

Sushang apareció junto a ellas con su espada en la mano.

"Ah, sí. Esto será divertido." Dijo Cirrus-Stelle con satisfacción, justo antes de abandonar el cuerpo con simpleza. "Todo tuyo."

Xueyi desenvainó sus dagas sin necesidad de que se lo pidieran. Huohuo levantó un par de talismanes, tragando saliva. Stelle ajustó el agarre de su bate.

Las escoltalmas, sin el freno del dolor ni del miedo, eran mucho más peligrosas de lo habitual.

Se lanzaban con ferocidad, ignorando aperturas que podrían dejar heridas que harían caer a cualquier otro soldado.

Sushang atacaba sin descanso. Su espada descendía con fuerza, sin la menor vacilación.

"¡Busquen desarmarlas!" Gritó Xueyi mientras derribaba dos Escoltalmas. "¡No podemos matarlas!"

"No tenía intención de hacerlo." Respondió Stelle con calma, esquivando por poco una estocada directa al pecho.

Huohuo retrocedía lanzando sellos uno tras otro. Algunos servían para entorpecer, otros para empujar.

El Sr. Cola le gritaba instrucciones sin pausa, pero incluso él mostraba señales de tensión.

.....

Después de varios minutos de intercambio constante, lograron reagruparse, obligando a retroceder a las poseídas lo justo para permitir a Huohuo desplegar un sello mayor.

La criatura al centro, la que parecía haber comandado la aparición, tambaleó un instante.

Stelle aprovechó la oportunidad. Saltó con impulso reforzado y, con un giro, conectó un golpe seco al punto exacto en que las llamas se arremolinaban con más fuerza en el cuerpo de la poseída.

Entonces Huohuo desenrolló el sello de la calabaza que la Comisión de los Diez Líderes había preparado de antemano precisamente para contener Heliobus de nivel elevado.

Con un gesto, activó el mecanismo.

Las llamas que envolvían a los cuerpos fueron succionadas en espiral hacia el centro del frasco. Furinox rugió con fuerza, pero fue absorbido.

Un chasquido final selló la boca del recipiente.

"Ya está." Exhaló Huohuo, doblándose sobre sus rodillas.

Cirrus reapareció en el aire, aún en forma de llama flotante.

"Bueno. Promesa cumplida. Les dije que la dejaría en paz." Sonrió. "Y lo haré."

Durante un segundo, pareció que se iba a ir tranquilamente.

Pero entonces el cuerpo de Guinaifen, hasta ese momento inmóvil, se movió como si algo lo hubiera tirado de un hilo invisible.

Se giró y con un movimiento, lanzó la calabaza sellada contra el suelo.

"¡No!" Gritó Huohuo.

.....

El recipiente estalló.

Los fragmentos de Heliobus liberados comenzaron a agitarse como insectos encendidos. Cirrus se lanzó en picada y los absorbió a todos antes de que pudieran reorganizarse.

Lo que emergió fue su forma normal pero a una escala completamente distinta a la anterior.

Era un ojo flotante gigantesco, celeste, con una iris púrpura intensa.

Su cuerpo estaba cubierto por anillos concéntricos de energía flameante. Las sombras bailaban alrededor de él.

"Por fin." Murmuró. "Mucho mejor."

Sr. Cola se adelantó de inmediato.

"¡No lo toquen directamente! ¡Esa forma no puede ser dañada por ataques físicos! ¡Pero si liberan a los que posee, se debilitará!"

Las llamas verdes regresaron.

Las escoltalmas se levantaron.

Sushang seguía allí. Los demás también.

Stelle, al notar entre los poseídos a quienes reconocía, hizo un conteo rápido.

Aleph no estaba allí.

Por un lado, sintió alivio.

Por el otro, sintió tanto curiosidad como desconcierto.

...¿Dónde estás, Aleph?

Pero rápidamente sacudió la cabeza para borrar esos pensamientos de su mente, no era momento para distraerse.

Tomó el bate con ambas manos.

Huohuo lanzó los primeros sellos.

Xueyi ya había cargado contra la primera línea.

Y Cirrus, desde lo alto, sólo rió como si encontrará sus esfuerzos para vencerlo como algo poco más que cómico.

.....

"¡Pa–papel, dame poder para esta pelea no perder! ¡Talismán de vigor, a los espíritus trae dolor!" Tartamudeó Huohuo mientras activaba sus sellos con las manos temblorosas.

"¡Por el amor a...!" Gruñó el Sr. Cola. "¿Qué demonios es ese cántico de jardín de infantes? ¡¿No puedes invocar sin rimar como una tonta?!"

"¡Cállate!" Gritó Huohuo con los ojos bien abiertos mientras esquivaba. "¡Esto me ayuda a concentrarme!"

Las chispas de los talismanes cortaban el aire mientras alrededor el campo de batalla era un caos sostenido. Las Escoltalmas se lanzaban como si no fueran humanas. Sin vacilación, dando una presión constante y brutal, como una máquina sin freno.

Xueyi se desvió para cubrir un flanco, pero un impacto directo en su brazo derecho la hizo retroceder. Chispas rojas saltaron. Su expresión se contrajo un poco con molestia pero siguió adelante.

"... ¿Estas?" Pregunto Stelle viendo el estado en el que se encontraba.

"Estoy bien." Dijo inexpresivamente.

...

Stelle derribó a otra Escoltalma con un barrido limpio de su bate. Apenas se tomó el tiempo de respirar cuando otra ya se le venía encima.

"Esto no acaba…" Murmuró con molestia.

"No va a acabar." Respondió Xueyi, mientras defendía con un solo brazo funcional. "Mientras estén bajo su control seguirán levantándose."

Huohuo retrocedía, lanzando lo que podía, pero ya estaba agotada.

Los talismanes se activaban con menor potencia.

Cirrus reía desde las alturas.

"¿Esto es todo lo que pueden hacer? ¿Tantas esperanzas puestas en una niñita llorona, un pedazo de chatarra y una cosa que se cree chica con un bate? ¡Patético!"

.....

El Sr. Cola apareció junto a ellas.

"Escuchen bien." Murmuró. "Todavía hay una forma de vencerlo. Cuando los Heliobus se fusionan en uno solo, sí, ganan poder. Pero también se vuelven inestables. Hay demasiadas conciencias compitiendo. Solo hace falta romper el equilibrio en el momento exacto…"

Se giró hacia Huohuo.

"Y tú sabes lo que tienes que hacer."

Huohuo se negó a mirarlo en los ojos, no respondió eligiendo mantenerse en silencio.

"El sello." Dijo él, con un tono seco. "Lo has dicho miles de veces, que tu vida sería más fácil sin mí. Bien. Esta es tu oportunidad."

"Pero… pero si lo hago…" Susurró ella.

"No me hagas perder tiempo." Gruñó el espíritu. "Hazlo ya."

Cirrus no les dejó margen. Una nueva ola de poseídos atacó con aún más violencia. La presión se volvió insoportable. Las fuerzas de todas estaban al límite.

Cirrus se reía más fuerte.

"¡Qué aburrido se está volviendo esto! Vamos a ponerle algo de sabor..."

Sus llamas descendieron como una red. Una chispa verde cayó sobre Xueyi.

Ella se estremeció. Las chispas de su cuerpo aumentaron. Tembló, apretando los dientes.

"...No... aún no…"

Y fue entonces que actuó.

Xueyi gritó y lanzó sus dagas junto con sus cadenas con una explosión de energía que abrió un claro entre las filas enemigas, no fue grande.

Pero fue suficiente.

"¡AHORA!" bramó el Sr. Cola.

Huohuo, entre sollozos, alzó la mano.

El sello ardió en su palma.

Una luz envolvió su cuerpo.

Y entonces, el Sr. Cola se despegó de su cuerpo.

"Nos vemos en el otro lado, Huohuo." Murmuró.

En un destello, se lanzó hacia Cirrus. Atravesó las llamas. Penetró la masa de energía que lo conformaba.

"¡¿Qué—?! ¡No!" Gritó Cirrus mientras su cuerpo comenzaba a agrietarse. "¡¿Qué crees que éstas haciendo?!"

"¡Stelle!" Gritó Xueyi.

Stelle ya no tenía energía para pensar. Solo actuó. Corrió y golpeó todo lo que estaba a su alcance con un barrido potente.

Los poseídos cayeron uno tras otro, sin el control directo de Cirrus, los cuerpos finalmente se quedaron en el suelo.

En el aire, el ojo gigante temblaba.

Cirrus gritó con furia.

"¡¿Por qué?! ¡¿Por qué los ayudas a ellos?! ¡¿Qué tienen los humanos que no tenga yo?!"

Dentro de su cuerpo, una voz respondió imitando su tono burlón.

"¿Hace falta una razón? ¿Quizás odio a idiotas como tú? ¿Quizás prefiero ayudar a los humanos? ¿O simplemente estoy harto de tus monólogos? No importa, Cirrus…"

El brillo púrpura en su iris se desmoronó.

"...Lo único que importa, es que perdiste."

Cirrus chilló por última vez antes de estallar como un gran fuego artificial.

El aire se sacudió con la fuerza de su desaparición.

Todo quedó en silencio una vez más, la ilusión que envolvía al Jardín del Sosiego se despejó regresando todo a la normalidad.

Huohuo cayó de rodillas.

Miró el espacio vacío donde había estado.

Sus labios temblaron.

"…Sr. Cola…" Murmuró mientras las lágrimas caían sin parar.

Stelle, apenas de pie, se giró hacia el cielo.

"...Aleph... Marzo…"

Sus piernas fallaron y todo se volvió negro.

*********

El primer rostro que vio fue el de Marzo.

Tenía la cara un poco sucia, y una vendita adhesiva en la mejilla pero sonreía.

"Todo va a estar bien." Susurró apretando su mano.

Stelle no dijo nada, su cuerpo aún no le respondía del todo.

Alcanzó a ver a lo lejos a varias escoltalmas —algunas cojeando, otras sosteniéndose unas a otras— guiadas por Hanya hacia la entrada del Jardín del Sosiego. Allí, entre linternas de papel y camillas improvisadas, los miembros de la Comisión habían montado un puesto médico provisional.

Luego de verlo, sus párpados temblaron y volvió a desplomarse inconsciente.

.....

Despertó una vez más.

La piedra fría del banco la recibió al erguirse. Ya no sentía tanto dolor, la mayor parte se había disipado, aunque el movimiento de su cuerpo aún se sentía algo torpe.

No muy lejos, Huohuo estaba de pie, mirando hacia el cielo.

Junto a ella, estaba parado Aleph con una mano sobre su hombro. Pero había algo raro, su expresión tampoco era muy buena.

Antes de que pudiera acercarse, escuchó unos pasos cercanos a ella.

"¡Stelle!" Gritó Marzo, corriendo hacia ella con una sonrisa a la que pronto le siguió un abrazo.

Guinaifen y Sushang aparecieron detrás de ella, saludandola con cansancio.

"Te ves bien." Comentó Guinaifen, con un guiño. "Lo tomaré como una victoria."

"Estamos todas de vuelta." Sushang añadió, más suave. "Por ahora eso basta."

.....

Conversaron unos minutos.

Luego Guinaifen y Sushang se retiraron, mencionando el descanso como una urgencia más que una necesidad.

Marzo se quedó con ella. Juntas se acercaron a donde estaban Huohuo y Aleph.

Stelle apenas notó algo cuando se acercaron.

Huohuo ni se movió al sentir su paso acercándose.

Solo murmuró un saludo y Aleph asintió sin mucho entusiasmo.

"¿Qué ocurrió?" Preguntó Marzo. "¿Qué les pasó?"

"Qué pregunta más aburrida." Dijo una voz familiar, pero más aguda. "Aunque supongo que para mentes simples, todo debe parecer misterioso."

Todos se giraron.

Frente a ellos, de pie sobre una roca, había un niño.

"¿Tú…?" Murmuró Stelle frunciendo el ceño.

"Sí, sí. Hola de nuevo. Como ves, no estoy muerto. Solo reducido." Dijo Cirrus. "Un cuerpo artificial, limitado y horrendo. Pero funcional a fin de cuentas. Y ya que estoy aquí, ¿por qué no contarles algo interesante?"

Cirrus levantó un dedo.

"Originalmente, Furinox quería el cuerpo de él." Apuntó a Aleph. "Pero finalmente desistió."

Marzo se giró hacia Aleph, sorprendida.

"¿Eh? ¿Por qué no lo poseyó?"

"Se asustó." Respondió Cirrus con un encogimiento de hombros. "Por esa cosa en su interior."

Stelle fruncio el ceño mientras recordaba algo.

"¿No fue lo mismo que pasó antes cando Cirrus intentó poseerme? Dijo que había sentido los rastros de dos cosas aterradoras además de otros dos Stellarons."

Pero pronto dejó de lado esa línea de pensamientos, ahora no era el momento.

"Para evitar complicaciones." Continuó Cirrus. "Furinox lo puso a dormir en un sueño profundo para que no interfiriera."

Aleph bajó la mirada.

Stelle lo observó en silencio.

"Me metió allí, se sentía tan real."

Sus dedos se cerraron un poco.

"Caminábamos juntos, reíamos, jugábamos videojuegos." Aleph soltó una pequeña risa. "Incluso, aunque no sabíamos lo que hacíamos logramos ayudar a uno a que consiguiera novia."

Guardó silencio un segundo.

"Yo era feliz."

Alzó la mano.

Stelle lo reconoció al instante como esa habilidad que tenía para crear ilusiones.

Una foto se materializó en sus manos.

Cuatro adolescentes estaban en ella.

Uno era él, con la ropa que tenía antes de despertar como Aleph.

Sonreía rodeado de tres chicos uno de cabello largo gris y gafas, otro de cabello negro haciendo una pose ridícula y uno más de cabello blanco con ojos azules, comiendo fideos instantáneos como si su vida dependiera de ello.

"Los vi cada día por un años desde la primaria, hasta que llegó ese día. Y cuando llegó el momento despertar, realmente no quería hacerlo."

Stelle dio un paso adelante y golpeó suavemente su puño contra el pecho de Aleph.

El levantó la mirada.

7 de Marzo parpadeó confundida mientras veía a Stelle y Aleph intercambiando miradas.

No pudo evitar rascarse la mejilla con una expresión incómoda.

...¿Por que se sentía como si ella fuera la tercera rueda aquí?

Aleph negó con la cabeza, y sonrió.

"No fue algo triste."

"¿Y ellos…?" preguntó Marzo.

Aleph sonrió.

"No recuerdo sus nombres. Pero eran mis mejores amigos."

...…

El momento fue interrumpido por Huohuo.

"Cirrus." Murmuro mientras se acercaba al niño. "Si tú sobreviviste, entonces ¿El Sr Cola...?"

Cirrus parpadeó.

"...¿Ese perdedor del Sr. Cola?"

Stelle frunció el ceño, Marzo también.

Aleph lo miró mientras hacía crujir sus nudillos.

"¿Qué si sobrevivió? Ja. Lo dudo mucho. Lo más seguro es que se extinguió como la chispa barata que era. Su llama ya no debe existir."

Huohuo no dijo nada.

Solo se quedó allí, congelada por unos momentos, luego se encogió.

Sus hombros temblaron y sus ojos se llenaron de lágrimas una vez más.

Aleph la rodeó con un brazo y Marzo también mientras trataban de calmarla.

Cirrus cruzó los brazos, bostezando mientras miraba.

Entonces, Stelle dio un paso adelante.

Levantó el pie y empujó a Cirrus hacia atrás con un golpe directo.

El niño cayó de espaldas al suelo, volteado como un tortuga sobre su caparazón.

"¡¿Qué te pasa?! ¡¿Por qué hiciste eso?!"

Stelle se estiró perezosamente y fingió un bostezo exagerado.

"Ahhhhh~ Me estás aburriendo, Cirrus."

Cirrus se levantó con un rostro furioso y saltó para golpearla.

Stelle levantó un dedo y lo puso sobre la frente del muñeco frenandolo en seco.

Con la mano libre, agitó una brisa falsa frente a su boca.

"Los perros perdedores no tienen derecho a hablar."

Cirrus tembló de ira.

Y nadie —absolutamente nadie— hizo nada por detenerla.

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Al igual que el Capítulo 38: Ilusión tuvo como agregado Born Again ¿Deberia agregar a modo de What If lo que escribí sobre lo que vivió Aleph en ese sueño pero que al final decidí no colocar en este Capítulo?

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