Cherreads

Chapter 1 - capitulo 1:un incidente que cambio todo

"Maldición... ¡Maldita sea, maldita sea!.."

Su grito de frustración llenó el aire, rompiendo la quietud de la noche.

«De verdad... quería ser alguien esta vez...»

Sus lágrimas caían, arrastrando consigo el dolor y la humillación que sentía. Todo parecía desmoronarse a su alrededor. El frío de la noche lo envolvía como un manto helado.

¿Por qué...? ¿Por qué creyó que esta vez sería diferente? ¿Por qué creyó que alguien como ella vería algo en él? Cuando leyó la verdad en el diario, su última ilusión fue destruida.

¡Plash! ¡Plash!

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando la lluvia comenzó a caer.

«Mierda, lo que me faltaba.»

Chasqueó la lengua, frunciendo el ceño, antes de comenzar a correr, buscando un lugar donde resguardarse.

Corrió unos metros-más o menos unos 300-antes de quedarse sin aire. No estaba en forma para seguir, así que se detuvo, jadeando, y miró a su alrededor buscando algún refugio donde pudiera tomar aliento.

Vio lo que parecía ser un almacén abandonado: ventanas rotas, paredes agrietadas, y la puerta colgando de una sola bisagra, mientras la maleza crecía a su alrededor. El techo, a medio caer, amenazaba con derrumbarse.

Sin pensarlo demasiado, entró para tomar aire y resguardarse de la lluvia.

El crujido de la puerta al moverse llenó el interior. Dentro, el olor a humedad y a lo viejo era tan cargado que casi podía saborearlo. El lugar estaba oscuro, apenas iluminado por la luz del exterior que se colaba por las rejillas del techo.

Se dejó caer en el suelo, apoyando la espalda contra la pared.

El interior estaba vacío. A su alrededor, trozos de metal oxidado, cables sueltos esparcidos por el suelo. Había manchas viejas en las paredes.

En el centro del lugar, una gran estructura metálica cubierta de polvo, con marcas de quemaduras en los bordes, parecía fuera de lugar, como si alguien la hubiera movido hasta allí recientemente.

"¿Por qué...?"

Su voz vacía y quebrada llenó el lugar.

Apoyó la frente contra sus rodillas, temblando. No sabía si del frío, de la impotencia o simplemente por haber llegado al límite.

Debió haberlo sabido, pero quiso creer. Quiso pensar que esta vez sería distinto, y ahora... se sentía estúpido por haberse ilusionado.

«¿Por qué siempre soy yo el que termina perdiendo?»

Su voz fue apenas un susurro ahogado entre el estruendo de la tormenta. Levantó la vista. La estructura en el centro del lugar permanecía allí, inmóvil; casi parecía estar observándolo.

"¿Qué hago aquí...?"

Se levantó lentamente. La tormenta había cesado, pero la lluvia continuaba. Caminó hacia la salida, frustrado, y tropezó con un tubo, tambaleándose.

"¡Maldita sea!"

Gritó y dio una potente patada al costado de la máquina. Sus dientes apretados, su mirada fija, descargando toda su frustración en el golpe.

«¿Por qué? ¿Por qué...? ¡¿por qué!!»

Su pecho le dolía como si se lo apretaran desde dentro.

"...."

¡KRRR-CHK!

Una chispa y luego un zumbido bajo, las luces débiles comenzaron a parpadear en la base del generador.

Bart retrocedió, sobresaltado.

"¿Qué... fue eso?"

El generador vibró. Un zumbido bajo llenó el lugar, luces rojas comenzaron a parpadear en los bordes de la máquina.

"¿Pero qué...?"

Bart dio un paso hacia atrás. La consola del costado se encendió de golpe, y un pitido agudo resonó en el aire.

[Advertencia: sistema inestable]

El suelo tembló bajo sus pies. Un resplandor azul emanó del centro del generador, las bobinas comenzaron a girar, emitiendo chispas.

"Boom"

Una explosión de luz lo envolvió por completo. Lo lanzó contra la pared con fuerza. Todo su cuerpo ardía, como si miles de agujas lo atravesaran.

"..."

"Agh."

Se incorporó con dificultad, jadeando por el impacto. Sus oídos zumbaban. No escuchaba nada más que ese pitido constante.

La vista le fallaba. Trató de enfocarla, pero todo seguía borroso.

El suelo temblaba bajo sus manos, o tal vez eran sus brazos los que no paraban de vibrar.

"Mierda, ¿qué fue eso?"

Se levantó con cuidado, aún con las piernas temblorosas, y por alguna razón sus manos no paraban de vibrar.

"He..."

Trató de calmarse. Respiró hondo. Un calor intenso recorría su cuerpo, desde el pecho hasta la punta de los dedos, como un fuego vivo bajo su piel.

"Parece que dejó de llover."

Alzó la mirada. Las gotas ya no golpeaban el suelo. Solo quedaban charcos que parecían temblar con cada vibración que salía de su mano.

Era extraño.

Miró sus manos en silencio. Seguían temblando, pero ya no tanto. El calor seguía allí, más suave.

Aspiró y exhaló con fuerza.

"Debería irme antes de que anochezca."

Dio una última mirada a los restos del generador: pedazos de metal esparcidos por el suelo, aún humeando.

La explosión lo había aturdido. Se tocó el cuerpo instintivamente, asegurándose de no haberse lastimado.

Para su suerte, solo tenía algunos raspones, nada grave, aunque aún le ardía el cuerpo.

¿Qué había sido eso? Todavía podía sentir una corriente recorriéndole por dentro.

Una sensación incómoda que no lograba identificar.

Sacudió la cabeza. No era momento de pensar en eso. Ya era tarde, si no se apresuraba lo iban a regañar.

Se dio la vuelta y salió del lugar.

Mientras recorría las calles, sentía una presión interna, firme y constante.

Como si algo estuviera a punto de estallar desde dentro. el aire se sentía pesado y su pecho ardía.

Era como una explosión contenida, que con cada paso crecía más.

Cómo si algo desde dentro estuviera pujando para salir.

Empujando contra su cuerpo, generando una presión que le era difícil de ignorar.

Llegó a casa con el cuerpo ardiendo. Sentía el calor subirle por la espalda, notándolo en las manos, codos, rodillas y pies.

En todo su cuerpo para ser exactos.

Abrió la puerta con esfuerzo y la cerró detrás de si. subió las escaleras arrastrando los pies.

Un leve mareo pronto lo golpeó. la cabeza le dio vueltas por un instante. siguió subiendo apoyándose en la pared.

Sentía un extraño latido en las manos y en los pies. un leve zumbido, como un segundo corazón latiendo.

Se paró frente a la puerta de su cuarto, la empujó con el hombro, entrando sin encender la luz.

La casa estaba en silencio vacía o al menos eso parecía seguramente todos ya habían ido a dormir

Quizás pensaron que estaba en la casa del árbol. Y decidieron no molestarlo.

Sea como sea, se ahorraba el regaño.

Se dejó caer de espaldas sobre la cama. El colchón crujió bajo su peso.

Cerró los ojos. el calor seguía en su cuerpo, y el zumbido también, lento y persistente.

Sentía una extraña sensación en su cuerpo, como una corriente espesa que no paraba de moverse.

No sabía si se lo estaba imaginando, pero lo sentía claro. respiro hondo. el mareo regreso por unos segundos más, lo ignoro tratando de dormir.

"¿Por qué me siento así?"

****

El sol resplandecía en el cielo sobre Springfield, las calles bañadas por un brillo dorado que acariciaba los tejados y se colaba por las ventanas, llenando las casas con su luz cálida y suave.

Tardo un momento en despertar. cuando la luz le golpeó los párpados, abrió los ojos lentamente, parpadeando varias veces.

"Ugh"

El calor seguía allí. Ahora más sutil. No pesado, pero constante, como una pequeña llama encendida dentro de él

Se sentó lentamente al borde de la cama. Sentía un raro cosquilleo en las plantas de los pies, una vibración suave pero insistente.

<<¿Que me pasa?>>

Sacudió la cabeza. la sensación era más tranquila que anoche, no insoportable, pero extraña.

trato de ignorarla por ahora y se puso de pie.

Salió de su habitación hacía el baño, donde el agua fría le dio esa pequeña descarga para despertar.

Bajó las escaleras arrastrando los pies. El sonido del noticiero llegaba desde el living, mezclado con el aroma a waffles.

"Buenos días, cariño."

Una mujer de cabello azul, atado en un moño alto con mechones sueltos, saludó desde la cocina, dejando unos platos de waffles sobre la mesa.

"Hola, mamá."

Respondió, sentándose en silencio tomo un waffle; sus dedos temblaron ligeramente al sostener el tenedor.

"¿Dormiste bien?"

Preguntó Marge mientras servía unos vasos de jugo de naranja.

"Más o menos."

Se encogió de hombros, tomó un vaso y bebió un sorbo. El líquido frío le refrescó la garganta, pero no alivió ese suave calor interno.

"Buenos días"

Saludo lisa, colgando la mochila en la silla antes de sentarse junto a Bart.

Sus ojos se cruzaron por un instante, pero el desvio la mirada, clavandola en el plato.

Marge noto el gesto, pero no dijo nada. solo extendió otro vaso de jugo frente a lisa y se sentó junto a Homero.

"Bart... sobre lo de ayer, yo so-"

"No importa."

interrumpió sin levantar la cabeza. masticando un trozo de waffle, hizo una pausa y trago, con la vista fija al plato.

"Simplemente fuiste honesta, ¿No?"

lisa apretó los labios mirándolo en silencio.

Bart siguió comiendo, mordida tras mordida, sin decir más. una vez termino, se levantó y llevo su plato al fregadero.

Marge se giro al verlo acercarse a la puerta, algo sorprendida.

"¿Ya te vas? ¿No vas a esperar el autobús?"

Bart tomo su mochila y se la colgó al hombro, abriendo la puerta.

"Hoy caminaré."

"Pero aún es temprano"

Dijo Marge con un tono preocupado, cargado en su voz.

"Lo sé...."

Respondió antes de salir, cerrando la puerta con suavidad detrás de si.

Marge quedó en silencio, con la mirada clavada en la puerta cerrada y el ceño fruncido. Suspiró, cruzando los brazos.

"Pff... cosas de niños. Seguramente solo está pasando por su pubertad. Tal vez le empezaron a salir pelos en lugares nuevos."

Homero, que hasta ahora no había despegado los ojos del televisor, murmuro entre bocados.

"¡Homero!"

Exclamó Marge, dándole un leve golpe en el hombro.

Lisa bajó la vista, removía su desayuno sin ganas. Esa sensación incómoda en el pecho le quitó el apetito.

__

Afuera, Bart ya caminaba por las calles de Springfield sin un rumbo fijo.

El aire fresco de la mañana golpeó su rostro. tenía las manos en los bolsillos y la vista fija en el suelo.

aún después de todo, quería creer que no era un fracasado, pero era algo difícil.

había pasado la mitad de su vida haciendo bromas, molestando, haciendo ruido solo para ser notado.

Sin embargo, solo consiguió hacerse de una etiqueta: niño problemático, rebelde, entre otras.

Al final las aceptó, esperando lograr algo más. no fue así, nada cambio, nada mejoro.

¿Y que esperaba? ¿Por qué pensó que aceptar ese rol lo haría ganarse un lugar en el mundo?

Era estúpido. Pensó que actuar así le daría una identidad.

¡Swish!

Un impulso salió de su pie al pisar el concreto. Perdió el equilibrio y cayó de espaldas, deslizándose unos metros.

¡Agh...!

Se quedó tendido en el suelo, allí sin moverse, respirando agitado. Le dolía el costado, como si le dieran un pinchazo.

"¿Qué rayos?"

Se quejó, incorporándose. Fijó su mirada hacia atrás. Fue entonces que lo vio: su pie. Un espiral azul salía de él, girando lentamente.

"¿¡He!?"

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