Cherreads

Chapter 10 - Capitulo 10: Decisión [1]

La mañana transcurría con una lentitud aplastante.

Reiji se encontraba en su sala de clases, con la mejilla apoyada sobre una mano, la vista perdida entre los rayones de su cuaderno. El profesor seguía hablando al frente, dibujando fórmulas en la pizarra, pero su mente estaba en otro sitio.

Habían pasado algunos días desde su encuentro en el vagón, y el pequeño problema con Himiko. Lamentablemente ninguno de los dos había sido solucionado, al menos hasta que alzo la vista.

Una figura pasó junto a la ventana del tercer piso. Rápida. Ligera. Nadie más pareció notarla, pero Reiji sí. Alzó la mirada lentamente, y no tuvo que dudar: ese cabello rubio revuelto y las gafas oscuras no pertenecían a ningún profesor.

Hawks.

Y lo estaba esperando.

Reiji no preguntó cómo había llegado ahí. Ni por qué. Simplemente entendió. Finalmente se habían contactado con él.

El timbre del cambio de clases sonó, y la sala estalló en murmullos y movimiento. Sin decir una palabra, Reiji tomó su mochila, salió al pasillo y dobló por las escaleras traseras. Dejando atrás a todos sus compañeros que querían entablar una conversación con él.

Encontró a Hawks esperándolo junto a una de las salidas de emergencia, como si simplemente se hubiera extraviado en un paseo.

"¿Sabías que las palomas tienen mejor sentido de la orientación que muchos humanos?" Dijo Hawks, sin volverse.

Reiji lo miró con una ceja alzada. "¿Saltarme clases por trivia de aves?"

"Podría ser peor" Hawks giró entonces, con una sonrisa torcida. "Podría haberte pedido hacer un informe extenso de muchas paginas" A Reiji le tembló el ojo, recordaba su personalidad despreocupada y ligeramente cómica, pero vivirlo era diferente.

"¿Qué quieres mostrarme?"

"Algo que no enseñan en esta escuela" Respondió él, ya caminando hacia la salida. "Prometo devolverte antes del almuerzo"

Reiji lo siguió sin más preguntas. Ya era parte de esto, y tenia la sensación que negarse resultaría en tragedia. Lo habían probado poniendo en peligro a Himiko, no quería imaginar que pasaba cuando quisieran sacarlo del juego.

"Más te vale, mi madre me matara si descubre que me escapo de las clases..."

***

No sabían exactamente cuánto tiempo llevaban caminando.

Las calles se habían vuelto más grises, más estrechas. Los letreros estaban rotos o borrosos. Algunas ventanas tenían tablas cruzadas, otras solo huecos que miraban sin alma hacia la calle. Reiji había estado en zonas pobres antes, pero esto era distinto.

Esto era un sitio que el mundo había decidido olvidar.

No había niños jugando. No había ancianos en los escalones. Solo chatarra oxidada, anuncios vencidos, y un zumbido lejano que no se sabía si era viento o maquinaria en descomposición.

Hawks caminaba a su lado con las manos en los bolsillos. Sus pasos eran relajados, casi despreocupados. Pero Reiji sabía que no era un paseo, esta era otra de las estúpidas pruebas que tendría que pasar.

Él lo sabía porque, desde que pisaron ese distrito, Hawks no había dicho ni una sola broma.

Caminaron hasta detenerse en un callejón lateral. Estaba a medio derrumbar, como la espina dorsal de un barrio que ya no respiraba. Al fondo, una rendija de luz artificial parpadeaba a través de una puerta mal cerrada. Hawks levantó un dedo sin mirar a Reiji. Silencio.

Se agacharon.

Y ahí estaba.

Un héroe. Uniforme completo. Botas brillantes. Postura de galán televisivo. Del otro lado, un tipo con chaqueta rota, dientes amarillos y una bolsa de plástico que ocultaba algo mal sellado. Hablaban en voz baja. Pero no lo suficiente.

"…ya sabes cómo es, ¿no? Un par de fotos, tú me detienes, yo actúo sorprendido. En dos semanas lo repetimos con otro barrio"

El héroe se rio, mientras le pasaba un fajo de billetes.

"Intenta no actuar tan mal como la última vez. La prensa lo notó."

Reiji no parpadeó. Ni siquiera respiró.

El héroe se giró y empezó a caminar hacia la salida, ajustando su capa con una sonrisa práctica, como si acabara de dar una charla motivacional. El otro se quedó contando el dinero.

Hawks no dijo nada. Solo esperó.

"Me trajiste para cambiar mi visión del mundo ¿No?" Pregunto si tanto rodeo, sabia perfectamente que hacia la comisión de seguridad publica de Japón, la organización que trabaja Hawks.

"Eres perspicaz... ¿Y que opinas?"

"Opino que no me trajiste aquí para simplemente ponerme a prueba una vez más, tu trabajo es detenerlo y me traes aquí para reclutarme, porque si mis cálculos no fallan... Debería estar muerto si es que no hubiera seguido sus juegos ¿No?"

Hawks no respondió de inmediato.

El silencio se estiró entre ellos como una cuerda tensa. Solo el paso del "Héroe" a la lejanía corto el silencio.

"¿Ves?" Dijo al fin, con una voz suave. "Por eso estás aquí"

Reiji mantuvo la mirada fija, su ceño apenas fruncido. 

"Yo no soy como tú" Continuó Hawks, girándose para observarlo mejor. "No nací sabiendo lo que estaba mal con este mundo. Me tomó años entenderlo. Incluso con una infancia bastante dura. A ti… te basta un minuto y un par de datos. Tienes algo distintos al resto, eso quitando tu doble don"

"¿Y eso qué dice de mí?"

"Que no necesito explicarte algunas cosas, y en este trabajo es lo mejor que puedes hacer. Recuerdo a gente perderse por preguntas estúpidas"

Reiji bajó la vista. Pensando en las palabras de Hawks, claramente esa fue la razón como no lo habían tildado como amenaza y por consiguiente, matado. Tener un doble Quirk era peligroso...

"¿Y que se supone que tu haces al ver esto? Lo sabias de ante mano, eso es evidente" Volvió a hablar Reiji después de pensar sus palabras.

"Sé que lo sabes sin decírtelo" La sonrisa de confianza y seguridad en su rostro hizo que Reiji se relajara un poco, a pesar de estar en una organización oscura, Hawks era un hombre confiable. Incluso con su versión de 15-16 años.

"Confirmar la sospecha, tomar pruebas... Eso es lo que haces ahora" Murmuró.

Hawks sonrió. No con burla. Con respeto. Sin decir nada antes de que Reiji volviera a hablar.

"Detenerlo ahora puede significar perderse la oportunidad de capturar una ficha más grande ¿No?"

Hawks lo miro con orgullo.

"Exacto. No es tan simple como que él le pague al villano, también son las personas involucradas que lo dejan libre"

Hawks se volvió hacia el callejón, como si viera algo más allá de las sombras.

"La Comisión no busca niños prodigio, Reiji. De esos hay muchos. Busca individuos con criterio. Con esa mezcla extraña de empatía y dureza que los hace útiles… peligrosos… necesarios. Y lo más importante, que tengan parte de esa oscuridad en su interior"

Guardó las manos en los bolsillos. Reiji miro su espalda, empezando a moverse con él.

"Te han estado observando, tienes el mismo impulso que tu hermana pero lo has reprimido... Te podemos ayudar con eso, te podemos entrenar y te podemos hacer un gran héroe, esos tipos tienen mucho tiempo libre y recursos, no son palabrería barata"

Reiji alzó la mirada.

"¿Esto es una oferta formal?"

"No" Dijo Hawks, sin mirar atrás. "Nada es formal con estos tipos, pero si estas dentro te pueden cambiar la vida... Y en lo personal, es lo que te recomiendo. Me caes bien, y ya dijiste que pasara si te niegas... No creo que tu vida y la de tu familia sea un buen precio. Básicamente no tienes alternativa, al menos no por ahora"

Ambos caminaron en silencio hacia la salida del distrito. No hubo más palabras durante un rato.

Casi al llegar a la esquina, Hawks se detuvo, como si recordara algo.

"Oh, por cierto…" Dijo mientras sacaba un pequeño sobre doblado del interior de su chaqueta. "Llama a este numero cuando estés listo, cambiara tu vida de muchas formas pero yo creo que es un buen camino, quieres proteger a tu hermana ¿No?"

Reiji lo miro, algo extrañado.

"Esta es la mejor forma, créeme. No lo digo como un trabajador de medio tiempo, lo digo como un conocido"

Reiji lo tomó con cuidado.

"Nos vemos pronto, chico serio. Ah, y si alguien pregunta… sí, te saltaste clases hoy por tu propia cuenta"

Y con un leve aleteo de sus plumas, desapareció volando por las calles abandonadas en plena luz del día.

Reiji quedó solo. Con el papel con un numero que estaba decidido a llamar, pero no ahora... Miro las calles y suspiro.

La caminata de vuelta sería larga.

Pero no más que el camino que acababa de empezar.

***

El comedor escolar vibraba con el murmullo incesante de estudiantes hambrientos. Para la mayoría, era solo una pausa en el día. Para Reiji, era el momento más expuesto.

Se sentó con calma, ubicando su bandeja en la mesa vacía. Apenas empezó a comer, una sombra cayó sobre su mesa.

"¡Ah, aquí estás!" Exclamó una voz conocida, justo antes de que un par de brazos se le colgaran del cuello por la espalda.

Reiji no se inmutó. Ya sabía de quién se trataba.

"Himiko" Saludó, sin sorpresa.

La chica se dejó caer a su lado como si fuera su asiento reservado. Traía la mochila mal cerrada, el uniforme ligeramente arrugado y el cabello aún húmedo por haberse mojado la cabeza en el baño minutos antes. Una costumbre suya para 'refrescar la mente', según decía.

"Te perdiste mi clase favorita" Le reclamó, sentándose con una sonrisa torcida. "Y eso que me peiné para ti hoy"

"No sabia que íbamos en el mismo salón"

Infló las mejillas.

"Sé perfectamente que te escapaste. ¿A dónde fuiste?"

"A caminar"

"¿Solo?"

"Sí"

Ella lo miró, analizando cada centímetro de su rostro. Como si esperara una grieta. Una señal de mentira.

"No te creo nada" Dijo con tono dulce, justo antes de morderle el hombro, con una fuerza que lo hizo chistar.

"¡Oye!" Se quejó Reiji, apartándola con un leve codazo. "¿Qué haces?"

"Si no me cuentas, muerdo" Declaró ella con la más absurda solemnidad. "Tengo todo el almuerzo para sacarte la verdad a mordiscos, así que mejor coopera"

Él suspiró, rodando los ojos. Aun así, sonrió.

"No es importante. Solo… necesitaba pensar"

"¿Sobre qué?"

"Cosas"

Ella lo miró como si quisiera atravesarlo con la mirada. Luego frunció los labios.

"¿Tiene que ver con los tipos del otro día?"

No respondió.

"¿Con tu Quirk?"

Nada.

"¿Con algo más grande?"

Reiji alzó los ojos por fin. Le sostuvo la mirada. No con desafío, sino con una quietud inquietante.

"Estoy resolviendo algo" dijo al fin. "Cuando tenga respuestas, tú serás la primera en saberlo. Pero todavía no es el momento"

Himiko no insistió. No con palabras. Solo apoyó el mentón en su brazo, mirándolo de reojo mientras picoteaba su arroz con los palillos.

"No me gusta cuando te pones así de serio" Murmuró. "No me gusta que parezcas tan lejano, cuando estamos sentados al lado. Además, me tratas como una hermana menor cuando yo soy la mayor..."

Él no respondió. No porque no quisiera. Sino porque no sabía cómo.

Ella se acercó un poco más, su voz ahora apenas un susurro:

"Si te escapas otra vez, voy a seguirte. Aunque tenga que morder a cada persona entre tú y yo"

Reiji rió, bajito. No con burla, sino con ese extraño cariño reservado solo para ella.

Y aunque siguieron comiendo, entre los ruidos del comedor y las conversaciones ajenas, algo se deslizó entre ellos. Una certeza muda.

Él no se lo decía, pero lo sentía con cada decisión: cada paso que daba lo acercaba más del mundo donde Himiko aún podía seguir siendo solo una niña. Al mismo tiempo, él se alejaba cada vez más de ella...

More Chapters