*THYRA*
El día de la celebración llegó, tan esperado como inevitable. Habían pasado días desde que desperté, y mi cuerpo, aunque aún cansado, ya no sentía el peso insoportable que antes me había agotado. Las horas de descanso y la atención de Harak y Nyssa habían logrado lo que parecía imposible: mi energía, aunque inestable aún, había encontrado una forma de calmarse. El dolor en mi abdomen había desaparecido por completo, y la sensación de alivio me había dado un respiro que tanto había necesitado.
Esa mañana, al levantarme de la cama, me encontré con una atmósfera diferente en el complejo. La energía estaba más ligera, como si todos los presentes estuvieran esperando algo, ansiosos por un momento de calma. Los pasillos, que antes parecían interminables y fríos, ahora tenían una calidez que no había notado antes. La celebración que tanto mencionaron había comenzado.
Al abrir la puerta del salón, el bullicio a lo lejos me dio una clara señal de que la fiesta ya estaba en marcha. El sonido de risas y conversaciones se mezclaba con la música suave que emanaba de algún rincón del edificio. A lo lejos, vi a varios miembros de la facción, algunos con rostros familiares y otros que nunca había visto. Todos estaban reunidos, disfrutando de la velada.
Me dirigí hacia el centro de la celebración, pasando junto a algunos grupos que conversaban animadamente, con sus ropas de gala y expresiones relajadas. Sin embargo, había algo en el ambiente que no podía evitar notar: todos, sin excepción, tenían una mirada curiosa y expectante. Algunos sonreían al verme, pero lo que sentí no fue una bienvenida cálida, sino una especie de análisis. Era como si todos esperaran ver hasta qué punto mi presencia en esa celebración significaba algo más que solo un retorno físico.
Al acercarme a un rincón donde una mesa estaba llena de manjares, noté que el consejal estaba conversando con Alrek, y ambos parecían profundamente involucrados en una charla. Sin embargo, apenas notaron mi presencia, Alrek levantó la vista, sus ojos se encontraron con los míos, y me hizo un gesto con la cabeza, como si me invitara a acercarme.
El consejal, al percatarse de que lo observaba, se giró hacia mí con una sonrisa que trataba de ocultar una ligera preocupación. "Ah, Thyra," dijo con una voz cálida. "Qué bueno que hayas decidido unirte. Esperábamos tu presencia."
"Me alegra estar aquí," respondí, aunque por dentro sentía una leve incomodidad al estar en medio de toda esta atención. "No quiero interrumpir, pero espero poder disfrutar de la velada con todos."
"Por supuesto," contestó el consejal. "Al final de la noche, todo el mundo necesita un poco de descanso. Y, como dije antes, esta celebración es para que todos se relajen. Nada serio, solo un pequeño momento para olvidarse de las tensiones del día a día."
Nyssa apareció de repente, con una copa en la mano, sonriendo de forma traviesa. "Finalmente se une la misteriosa patrocinada," dijo con tono juguetón. "Pensé que nunca ibas a venir. De todas formas, tienes que beber algo. ¡Te lo debo!"
Reí suavemente, aunque mi mente aún no estaba completamente en el momento. "No estoy segura de que sea una buena idea, después de todo lo que he pasado."
"Vamos," insistió Nyssa, apretando la copa en mi mano. "No te preocupes. Hoy todo está permitido. Y más vale que disfrutes, porque no todos los días tienes una celebración en tu honor."
Recibí la copa sin saber muy bien qué hacer con ella, pero antes de que pudiera responder, una voz fuerte y clara interrumpió nuestra conversación.
"¡A la salud de Thyra, nuestra nueva patrocinada y gran guerrera!" gritó Alrek, levantando su propia copa hacia mí, haciendo que todos en la sala se giraran hacia mi dirección.
Un murmullo de aprobación llenó el aire, y aunque la idea de estar en el centro de atención me incomodaba, no pude evitar sentir una extraña sensación de satisfacción. Tal vez, después de todo, esta celebración no era solo para la facción, sino también para mí. Para mi renacer, para mi oportunidad de volver a encontrar mi lugar en un mundo que había perdido de vista.
Con una sonrisa tímida, levanté mi copa hacia ellos, el peso de su mirada ya no tan intenso. "A todos ustedes," respondí, con una confianza nacida de la fuerza que comenzaba a construir, "por la oportunidad de estar aquí."
Y, aunque sabía que aún quedaba mucho por hacer, no pude evitar sentir que, por primera vez en mucho tiempo, estaba dando el primer paso hacia algo realmente grande.
Mientras me mezclaba con los demás en la celebración, disfrutando de un ambiente menos tenso que lo esperado, el bullicio comenzó a ser interrumpido por una voz familiar. Al principio, la escuché a lo lejos, y antes de que pudiera girarme, vi a Kira, la joven con la que había tenido el pequeño incidente en el sauna, corriendo hacia mí con una gran sonrisa en el rostro. Parecía completamente ajena a cualquier posible incomodidad, saltando y moviéndose con esa energía juvenil que, por alguna razón, me hizo sentir más relajada.
"¡Thyra!" exclamó con entusiasmo, mientras daba pequeños saltos juguetones. "¡Te encontré!"
Antes de que pudiera reaccionar, Nyssa, que la había visto acercarse, la saludó alegremente y la abrazó de una manera juguetona, haciéndola reír. Parecía que entre las dos había una especie de complicidad, como si se conocieran desde hace mucho tiempo, aunque a mí me parecía que Kira era la más extrovertida de las dos.
"¡Qué sorpresa verte aquí!" me dijo Kira, con una mirada llena de curiosidad. "Pensé que solo los más reservados se quedaban tan callados en medio de todo esto." Se giró hacia Nyssa, quien la estaba acariciando la cabeza de una manera casi maternal. "¿Cómo lo hiciste? ¿Le diste un poco de tu energía o qué?"
Nyssa rió suavemente, encogiéndose de hombros. "Solo le di algo de tiempo y espacio, y una pequeña dosis de cosquillas. Nada demasiado complicado."
Kira volvió a mirarme y su sonrisa se hizo más grande. "¡Oye, de verdad tienes un buen derechazo!" me dijo, señalando el golpe que accidentalmente le había dado en la cara aquella vez. "Nunca me lo esperé. Si eso me pega en serio, habría estado en el suelo por un buen rato."
"Te pido disculpas por eso," respondí, algo avergonzada pero riendo con ella. "No estaba preparada para ese tipo de sorpresas."
"No te preocupes," dijo Kira, levantando una mano. "¡Todo bien! Ya te dije que era mi culpa por sorprenderte de esa manera."
La conversación continuó con una ligereza que aliviaba cualquier tensión que pudiera haber quedado. Pero entonces, Kira, con su tono inquisitivo, me miró con más detenimiento y, de manera directa, me hizo una pregunta inesperada.
"Pero… ¿por qué ocultas tu rostro con esa toalla todo el tiempo?" Me sonrió de manera genuina, como si intentara hacerme sentir cómoda. "Tu rostro es hermoso, y tu cabello también. ¿Por qué esconderlo?"
La pregunta me tomó por sorpresa. No estaba acostumbrada a recibir elogios sinceros por mi apariencia, menos aún de alguien que acababa de conocer. Dudé por un momento, el peso de mi máscara todavía en mi mente. Sin embargo, la amabilidad en su tono me hizo sentir que no estaba siendo juzgada, sino admirada genuinamente.
"Es una costumbre," respondí, pasando una mano por mi cabello, sintiendo cómo mi máscara se ajustaba ligeramente. "No es que lo oculte por vergüenza... simplemente es parte de cómo me siento más segura."
Kira observó mi rostro por un momento antes de sonreír aún más. "Bueno, si algún día decides dejar de esconderte, todos aquí se darán cuenta de lo hermosa que eres, tanto por dentro como por fuera."
Nyssa, que había estado escuchando nuestra conversación, rió suavemente. "¿Ves? Es por eso que no te dejamos ocultarlo todo el tiempo. ¡No es solo un rostro bonito lo que importa, es lo que tienes por dentro!"
El cumplido de Kira me hizo sonrojarme ligeramente, pero en lugar de incomodarme, me hizo sentir un poco más ligera, como si esa parte de mí que había guardado durante tanto tiempo finalmente pudiera respirar un poco.
"Gracias, Kira," respondí con una sonrisa tímida. "Tal vez, algún día, me atreva a mostrarme más."
"Lo espero," dijo Kira, con una sonrisa juguetona. "Porque si sigues escondiéndote, nos perderemos de ver a la verdadera Thyra."
Y con esas palabras, mi incomodidad disminuyó un poco más. En ese momento, por primera vez desde que llegué aquí, comencé a sentir que podía encontrar un poco de paz, rodeada de personas que no me miraban solo como una extraña o una peligrosa desconocida.
La atmósfera en el lugar cambió drásticamente cuando Alrek, de pie frente a todos, levantó la mano y habló con una voz que resonó por toda la sala. "Es hora de comenzar con el espectáculo principal", dijo, y al instante, el bullicio de la celebración se desvaneció, como si todos los presentes hubieran caído en un silencio anticipatorio. Los grupos que antes se encontraban charlando y bailando comenzaron a dispersarse, moviéndose con rapidez hacia las paredes de la sala, dejando un espacio vacío en el centro.
Nyssa, al notar mi curiosidad, se acercó a mí con una sonrisa. "Ahora comienza lo interesante. Este tipo de encuentros son tradicionales para los nuevos o viejos patrocinados directos del consejal, como tú y como nosotros. Es una forma de que los nuevos miembros vean la eficiencia de los integrantes de la facción, cómo nos entrenamos y luchamos entre nosotros."
Miré a mi alrededor, notando que muchos de los presentes estaban expectantes, algunos claramente emocionados mientras otros, con una calma más calculada, observaban atentamente. Sin embargo, algo en lo que Nyssa dijo me llamó la atención.
"¿No esperarás ver a un líder luchar, verdad?" agregó con una sonrisa que mostraba un toque de diversión. "Estas luchas son entre los miembros de bajo estatus, aquellos que aún están demostrando su valía. Por ejemplo, Kira, que lleva un par de meses aquí, o más bien, desde que yo la traje… Pero claro, eso no significa que sea fácil. Los líderes y aspirantes a uno, o los que ya tienen ese estatus pueden patrocinar a nuevos integrantes. No solo el consejal tiene esa capacidad, sino nosotros, los líderes, siempre que tengamos el poder para hacerlo."
Su explicación comenzó a arrojar algo de luz sobre las complejidades de esta facción. No solo el consejal tenía control sobre las personas que entraban y salían, sino que los líderes, como Nyssa, también podían tomar decisiones importantes respecto a a quién apoyaban o protegían dentro de la facción.
Mientras hablaba, los miembros del grupo comenzaron a formar un círculo en el centro de la sala, y pude ver a algunos de los participantes preparándose para lo que estaba por venir. Kira se encontraba entre ellos, ajustando su postura con una actitud que dejaba claro que estaba lista para la lucha. De alguna manera, me sorprendió ver la calma de la joven que tan despreocupadamente se había acercado a mí antes. No parecía la misma chica que había sido tan juguetona e inquieta, sino alguien completamente enfocada.
"¿Crees que Kira está lista para esto?" le pregunté a Nyssa, sin apartar la mirada de la joven.
Nyssa asintió, su mirada fija también en Kira, aunque con una leve sonrisa de aprobación. "Sí, Kira ha mostrado un buen crecimiento. Su energía ha sido bien dirigida hasta ahora. Esta lucha, aunque no lo parezca, es una parte importante de su proceso. Todos deben pasar por esto, sin importar cuán nuevo sea el patrocinado. Aquí, en la facción, cada enfrentamiento es una prueba, una forma de demostrar tu valor y tu habilidad para crecer."
El ambiente se llenó de una energía palpable mientras los participantes se preparaban. El círculo de personas que rodeaba la arena improvisada creció, y pude ver el rostro de Alrek, observando con seriedad y una ligera sonrisa, como si estuviera saboreando el momento.
Era un recordatorio de que, aunque la celebración había sido alegre y ligera, aquí las cosas no eran tan simples. Este era un lugar de pruebas, donde todos luchaban por una razón, donde cada enfrentamiento no solo era por diversión, sino por el derecho a crecer y ganar el respeto de los demás.
Mi mente comenzó a trabajar rápidamente, preguntándome si yo también estaría en alguna de esas luchas algún día. De ser así, ¿qué tan bien me iría? ¿Sería capaz de manejarme en un lugar como este? Sin embargo, no podía permitirme pensar demasiado en ello. Por ahora, debía concentrarme en lo que estaba sucediendo, observar y aprender.
La lucha estaba a punto de comenzar, y en ese momento, comprendí que este espectáculo no solo era para los miembros de la facción, sino también para los nuevos patrocinados, como yo. Cada movimiento, cada golpe, cada técnica, sería una lección valiosa sobre lo que significaba estar aquí.
Después de varios encuentros más, fue el turno de Kira.
La sala se volvió un remolino de susurros mientras la tensión aumentaba. En el centro, Kira y su oponente se preparaban, ambos concentrados y listos para la lucha. Kira, con su mirada firme y su postura equilibrada, estaba decidida a demostrar que su entrenamiento valía la pena. Su oponente, un joven de cabello corto y ojos agudos, se mantenía igualmente alerta, con una ligera sonrisa que mostraba confianza, como si estuviera seguro de que esta sería una pelea interesante.
El círculo que rodeaba la arena se cerró aún más, los miembros de la facción observaban con ansias, sabiendo que cualquier muestra de debilidad podría ser crucial en una lucha como esta. Yo observaba en silencio, sintiendo la energía densa que se acumulaba en el aire. Había algo electrizante en el momento, como si toda la sala estuviera a punto de explotar con la acción que estaba por desatarse.
El consejal, en un rincón, observaba con detenimiento, mientras Nyssa y Harak se mantenían en pie cerca de mí, igualmente atentos.
La pelea comenzó con un rápido intercambio de movimientos. Kira, al principio, parecía ser la más ágil, moviéndose con rapidez y precisión. Su oponente, sin embargo, no era tan fácil de superar. Cada golpe que Kira lanzaba era esquivado o bloqueado, y su contrincante no tardó en contraatacar con rapidez.
Kira intentó una serie de rápidos ataques con las manos, buscando puntos débiles en la defensa de su oponente. Sus movimientos eran fluidos, casi hipnóticos, pero el joven contrario parecía tener la misma destreza, defendiendo y atacando con igual ferocidad. El sonido del choque de sus puños y el ruido de los pies deslizándose sobre el suelo resonaban por toda la sala.
El joven comenzó a ganar terreno, un paso más adelante que Kira en cada intercambio. Noté que sus movimientos eran calculados, casi metódicos, como si estuviera esperando que Kira cometiera un error. Cada vez que ella intentaba un golpe rápido, él respondía con un giro preciso, deslizándose de manera impecable para golpearla en las aberturas que dejaba.
Kira, por un momento, se vio sorprendida por su habilidad, pero rápidamente se recomponía, aumentando la intensidad de sus ataques. La batalla se volvió más feroz. Kira dio un salto hacia atrás, tratando de tomar aire, pero su oponente no le dio espacio para descansar. Lo vi acercarse con una velocidad inesperada, haciendo que Kira tuviera que bloquear un fuerte golpe que la hizo retroceder.
"¡Vamos, Kira! No te dejes dominar", escuché a Nyssa decir, alentándola desde el borde de la arena. Sus palabras parecían resonar en el aire, y fue como si un destello de determinación se encendiera en Kira.
Con una respiración agitada, Kira se volvió a encarar a su oponente. Su mirada, antes llena de diversión, ahora estaba completamente centrada. Sabía que no podía permitirse bajar la guardia. Con una rapidez impresionante, ella ejecutó una técnica que no había mostrado antes. Una serie de movimientos circulares con las manos que atraparon a su oponente en un ángulo que él no había anticipado. Aunque él intentó bloquear, Kira utilizó esa apertura para enviar una patada que lo empujó hacia atrás, dejándolo momentáneamente desequilibrado.
Aprovechando esa oportunidad, Kira dio un paso al frente y ejecutó un rápido y preciso golpe al costado de su oponente, un movimiento tan rápido que fue difícil de ver. El joven cayó hacia atrás, tocando el suelo con las manos para evitar un golpe más fuerte. La sala quedó en silencio por un instante, y pude ver la sorpresa en los rostros de los espectadores.
Pero el joven no se rindió tan fácilmente. Se levantó rápidamente, sacudiendo el polvo y mirando a Kira con una sonrisa de respeto. Sabía que el combate estaba lejos de terminar. Ambos continuaron intercambiando ataques, pero ahora la diferencia era clara. Kira había encontrado su ritmo, y aunque su oponente le dio una buena pelea, ya no tenía el mismo control que antes.
Finalmente, con un ágil giro, Kira ejecutó un golpe final que hizo que su oponente cayera al suelo, rendido. El joven levantó la mano, reconociendo su derrota, mientras Kira se apartaba, respirando pesadamente pero con una expresión de satisfacción en su rostro.
Los miembros de la facción estallaron en vítores, aplaudiendo la destreza de Kira. Nyssa sonrió con aprobación, mientras Harak asintió en silencio, sin mostrar ninguna emoción.
Kira, sonriendo y respirando de forma irregular, miró a su oponente tendido en el suelo. "No estuvo mal, ¿eh?" dijo con un tono burlón, aún con la adrenalina corriendo por su cuerpo.
El joven le dedicó una sonrisa de respeto. "Definitivamente no me esperaba eso. Buen trabajo."
Nyssa se acercó a mí, su rostro lleno de una mezcla de orgullo y satisfacción por Kira. "Eso fue impresionante. La habilidad de Kira para adaptarse rápidamente en combate es algo que le ha servido mucho. Y hoy lo demostró muy bien. Esta lucha no solo era para ella, sino también para nosotros, para ver si puede seguir progresando."
Miré a Kira, que ahora estaba de pie, con la respiración más tranquila, mientras la multitud la felicitaba. Había ganado, sí, pero algo en sus ojos me decía que ella misma sabía que aún tenía mucho más que aprender, mucho más por demostrar. Esta lucha no era más que un paso en su camino, y aunque había ganado, el verdadero desafío estaba aún por venir.
Kira se había ganado su lugar, pero yo también sabía que en algún momento, tal vez yo también tendría que enfrentarme a algo similar.