En los albores del tiempo, cuando los dioses esculpían el destino de los reinos y las estrellas susurraban secretos de antaño, nació un niño marcado por la divinidad.
Su cuna se hallaba en uno de los 12 cielos, un lugar etéreo donde la luz se funde con el aire y las esperanzas palpitan en cada rincón.
Desde sus primeros llantos, se percibía en el aura de su ser una esencia que trascendía lo meramente humano.
Se hablaba en los susurros de la brisa que el niño portaba en sus venas herencias de una estirpe celestial.
Aquella luz que lo envolvía no era únicamente el resplandor de un amanecer, sino el testamento viviente de un antiguo linaje sellado tras la gran guerra, un conflicto que dejó cicatrices en el tejido mismo de la existencia.
Alrededor de este niño, los dioses del panteón se reunieron en un consejo de extraordinaria relevancia.
La madre de Zodiark, la gran diosa, sugirió que era momento de preparar al pequeño para su papel en el destino del mundo.
—"Debemos guiarlo, no solo con poder, sino también con conocimiento",
dijo con su voz suave como un susurro entre las sombras.
Sus ojos, llenos de estrellas, reflejaban la preocupación de una madre por el futuro de su hijo.
Los días transcurrieron en la majestuosa morada de los dioses, donde el pequeño Zodiark, un niño de cabello resplandeciente y ojos llenos de curiosidad, descubría su mundo.
A menudo veía a su madre con una mezcla de admiración y temor, ya que su figura era un símbolo de sombra y luz, capaz de moldear el destino con un simple gesto.
Desde muy joven, Zodiark mostraba una personalidad carismática, capaz de atraer la atención de figuras divinas como Thalor, dios de los mares, quien no podía resistir la risa contagiosa del niño mientras jugaba con las ondas de agua que creaba con su mano.
Sin embargo, Zodiark no estaba exento de nerviosismo; cada vez que un dios mayor se acercaba, sentía un cosquilleo de incertidumbre, como si la presión de sus expectativas fuera un torrente arrollador.
Su terquedad también se manifestaba con frecuencia; cuando alguna deidad intentaba corregirlo, él mostraba una resistencia obstinada, queriendo demostrar su valentía, incluso ante seres de poder inmenso.
—"A veces, la valentía no radica en el acto físico",
le había recordado Lods, el dios de la dualidad, mientras observaba al niño construir castillos de nubes.
—"A veces, es simplemente reconocer y aceptar nuestros miedos".
Las lecciones del consejo divino se intercalaban con las travesuras de Zodiark, quien hacía girar las estrellas y hacía que las flores brotaran en el aire.
Siempre en el centro de la escena, su risa angelical llenaba el vasto espacio.
Con el pasar de los meses nuestro protagonista Zodiark iba creciendo lentamente adquiriendo nuevas habilidades y nuevos poderes cósmicos pero aun siendo muy pequeño.
Su madre la gran diosa del cosmos y de toda deidad temía que su querido y único descendiente no este preparado para poder liderar a los demás deidades.
Es por eso que pidió una junta de con los dioses mas importante del cosmos tanto de luz y oscuridad para poder decidir quien guiara a zodiark con su entrenamiento para poder cumplir el legado dejado por el Omnipoderoso ser Nexus.
Así todo tipo de deidad suprema estaba sentada delante de la presencia de Nexus, y de su reina la gran diosa Mithrilas.
En ese momentos todos guardaban silencio esperando la palabras de nexus para decidir quien iba ser el indicado para guiar a zodiark.
"Bien, estamos todos aquí reunidos para poder decidir quien podría ser capaz de guiar las enseñanza a mi querido legado Zodiark Príncipe de toda deidad"
Así comenzaba los discursos entre todo tipo de deidades de luz y oscuridad buscando al indicado habiendo opiniones divididas y algunas de acuerdos con otras.
Hasta que llego el momento de decidir quien deidad se hará cargo de la crianza y guia de aquel pequeño príncipe.
—Bien el gran consejo del cosmos ya a tomado una decisión.
—Por el bien de todos los presentes y de futuras generaciones hemos asignados a varios deidades jóvenes con mucho potencial en la enseñanza del príncipe Zodiark.
"Procede un deidad suprema a llamar uno por uno a las deidades siguientes en una lista echa por el."
—Llamo a la deidad Alexander, cuyo papel será clave para el entrenamiento de armas y armaduras.
Se acerca una deidad imponente que parecía gigante media 2 metros de alto este procedió a arrodillarse y realizar el juramento siguiente.
—Juras, con tu vida guiar y entrenar a este pequeño príncipe en las buenas y las malas sin importar en que situación este.
—Yo juro que guiare a esta alma cumplir su legado aunque sea lo ultimo que haga en esta existencia.
"Lo decía alexander con un voz gruesa y imponente dejando a varios deidades de bajo nivel con miedo."
"Este ser llevaba un armadura pesado que le cubrió todo su rostro dejando un línea para poder ver en su casco una gran espada y escudo pesado. Este se alejaba lentamente esperando en un rincón de aquel reunión."
Nuevamente a quel deidad llamo nuevamente de su lista a los siguientes dos deidades uno conocido por deidades de bajo nivel como zeus cuyo era conocido por ser muy carismático y terco.
este se acerco realizar su juramento.
—Juro con mi vida servir a este pequeño ser sin importar si estoy embrió o al borde un colapso de ira.
"Decía con una leve risa, viendo todo los presente con una mirada de risas y de opiniones."
Luego la ultima deidad llamada Yatma se acerca a que lugar de llamado y se arrodilla.
—Juro con que estare para el futuro legado de este cosmos. Sin importar sus travesuras o comportamientos temperamentales, lo cuidare como si fuese su otra madre.
Lo decía con una vos dulce admirando a la gran diosa Mithrilas quien ella le acortejo con un obsequio divino.
"Luego todos los presentes se pararon y bendicieron aquellas deidades no solo con aplausos sino con poderes y regalos para que guíen a aquel joven príncipe."
Pasaron los años y nuestro protagonista había crecido a la edad de 5 años ya habla múltiple idiomas y también sabiendo algunos poderes cósmicos.
En ese momento estaba entrenando con alexander sobre el uso de las hojas largas y cortas además de otras armas.
—Es momento que sepas defenderte pequeño zodiark.
Exclamaba alexander con imponente voz gruesa la cual asusto a pequeño.
—Oye no ves lo asustas parece que te falta ser un poco mas dócil con tu voz alexander!
"Lo decía Yatma aquella diosa de la sabiduría la cual fue a donde estaba zodiark y lo tomo y lo calmo los llantos de aquel pequeño."
—Debes ser mas tranquilo a la hora de entrenar solo tiene 5 años y se que tiene una carga muy grande a su corta edad.
—Pero no es razón para asustarlo.
"Estaba un poco molesta con alexander mientras cargaba al pequeño zodiark calmandolo"
—ummm
—Puede ser pero sabes que soy un juez divino deidad de luz.
—No creo que vaya cambiar mi vos de la noche a la mañana.
"Lo decía con con un gesto imponente dejando claro que no cambiara su postura aunque ella lo pidiera con clemencia."
—Por eso estoy yo para hacer que el chico tenga un agrado entrenamiento!!
—jajaj!!
"De pronto se acercaba un ser barbudo algo musculoso con aspecto algo anciano pero no tanto". Se acercaba a la presencia de zodiark con un gesto que hizo calmar al pequeño y comenzó a reírse mientra que Yatma lo miraba con un gesto de desprecio o de enfado.
—Bien si tanto son buenos tutores por que no lo cargan y cuando terminen de entrenar con el me avisan.
"Deja a zeus el pequeño príncipe en sus brazos mientras que ella se teletransporta y se sienta en un rincón de aquella zona de entramiento, mientras observaba a ellos como se las arreglarían para poder entrenar a zodiark."
—Vaya, ja!
—Al parecer, pequeñin yo y alexander estaremos a cargo el dia de hoy.
—jaja!
"Lo decía con una risa parlanchina mirando fijamente a quel pequeño."
El pequeño un poco timido soltó una frase el aire.
—Parece que tendre que ser un poco mas valiente y no enojar yatma!
"Lo decia con una vos tierna, haciendo a yatma sonreir de ternura a los lejos."
—Al parecer que este pequeñín ya sabe como hacer sonreir a una bella dama.
—jaja!
—No como uno, que parece mas un pedazo de metal andante.
"luego se acerco detrás de zeus la silueta de alexander con un mirada fría y seria."
—Conque no se sonreir a nadie..
"Exclamo el y con un zumbido golpea a zeus tan rápidamente que lo hizo volar contra unos pilares cercano dejando escombros y polvo en lugar."
"Estuvo observando zodiark y con una risa traviesa dijo."
—Otra vez!!
Viendo a alexander el no se negó y comenzó a pelearse y golpear a zeus varias veces hasta que ambos fueron retados por un deidad suprema. Por destruir todo el lugar de entramiento sagrado.
Al fin a cabo nunca pudieron entrenar a pequeño zodiark aunque si hacerlo dormir después de tanto alboroto en el lugar.
"Se acerca yatma con un gesto de seriedad mirando a alexander y zeus toma al pequeño llevándolo de brazos a sus aposentos a descansar. "
Así nuestro destino estaba punto de comenzar. pasaron los años y aquel pequeño guiado por tres deidades jóvenes divinas.
Estaban guiando de una manera o u otra a quel pequeño príncipe creando momentos divertidos y otros de terror. marcando un legado futuro en los recuerdos de nuestro protagonista zodiark.