Capitulo 29 - Cuarto dia de Descanso (Parte 2)
Desde lo alto de la casa del árbol, Cody miró más allá del campamento.
Ahí estaba Gwen, sentada con la espalda contra una roca, completamente inmersa en su diario.
Cody frunció levemente el ceño, intrigado.
Había algo en la manera en que escribía, en la concentración en su rostro, que lo hizo bajar del árbol sin pensarlo dos veces.
¿De qué estaba escribiendo? ¿Tal vez sobre la casa del árbol? ¿Sobre lo que había pasado en los últimos días?
Cody decidió averiguarlo.
Gwen estaba en su propio mundo.
Sentada sobre una roca plana, con su diario en mano y la vista ocasionalmente desviándose hacia el caos de martillazos y madera que se desarrollaba frente a ella.
No participaba directamente en la construcción, pero observaba de lejos, anotando pensamientos en su libreta.
La noche de chicas ya había ocurrido el día anterior, y aún tenía algunas reflexiones sobre ello.
Después de horas de trabajo intenso, la estructura finalmente estaba lista.
Los chicos celebraban su logro, pero Cody, desde lo alto de la casa del árbol, notó algo a lo lejos.
Gwen aún estaba escribiendo, su lápiz deslizándose con precisión sobre el papel, completamente absorta en su tarea.
Sin pensarlo demasiado, Cody descendió con rapidez y se acercó sigilosamente.
Lo suficiente como para hacerla reaccionar de golpe.
"¡AH!" exclamó Gwen, sobresaltada al notar la presencia de Cody cerca de ella.
"Whoa, tranquila. No quería asustarte... aunque me siento orgulloso de mi sigilo," dijo Cody, sonriendo ligeramente.
Gwen exhaló profundamente, pasando una mano por su frente antes de lanzarle una mirada de leve reproche.
"¿Tienes que aparecer de la nada como un fantasma?" preguntó Gwen, con tono seco pero con una pequeña sonrisa.
Cody se encogió de hombros, con aire relajado.
"Cuando uno trabaja con herramientas pesadas y fuerza sobrehumana, aprende a moverse con precisión," dijo Cody, con una sonrisa juguetona.
Gwen rodó los ojos, pero cerró su diario con calma.
"¿Y bien? ¿Qué haces aquí? No deberías estar celebrando tu obra maestra con los chicos?" preguntó Gwen.
Cody se sentó junto a Gwen, estirando los brazos con satisfacción antes de responder.
"Les dije que descansaran. Se lo ganaron después de cuatro horas de trabajo intenso," dijo Cody, con tono relajado.
Gwen asintió lentamente, apoyando el diario sobre su regazo.
"Fue impresionante. No pensé que lo lograrían tan rápido," dijo Gwen.
"Bueno, cuando eres un ninja como yo puedes hacer muchas codas" dijo Cody, con una leve sonrisa.
Gwen soltó una pequeña risa antes de acomodarse mejor en su asiento.
"Por cierto... gracias por la noche de chicas," dijo Gwen, con tono neutral.
Cody alzó una ceja con interés.
"Ah, sí. ¿Cómo estuvo? ¿Tortura con exfoliaciones o realmente lograron relajarse?" preguntó Cody.
Gwen resopló con diversión antes de girar los ojos.
"Bridgette me metió en el mundo de los cosméticos. Y si soy honesta, al principio fue horrible. Mascarillas pegajosas, cremas raras... Lindsay diciendo que los colores son lo más importante en la vida. ¿Sabías que hay un concepto de 'subtono de piel' para elegir labial? Yo no. Pero ahora sí," dijo Gwen, con fingida resignación.
Cody soltó una carcajada genuina.
"¿Sabes qué? Nunca me imaginé a ti en ese escenario. ¿Sobreviviste?" preguntó Cody, divertido.
Gwen suspiró, cruzando los brazos.
"Sí, bueno... al final, Bridgette hizo que todo fuera soportable. Y admito que, después de todo, sí dormí mejor," dijo Gwen, relajando la expresión.
Cody asintió con aprobación antes de inclinarse levemente hacia ella.
"Interesante... así que, técnicamente, Bridgette tiene el secreto para hacer que tú te relajes," dijo Cody, con tono sugerente.
Gwen levantó una ceja, mirando a Cody con suspicacia.
"¿Por qué siento que estás intentando aprender tácticas de manipulación?" preguntó Gwen, con tono seco pero con diversión escondida en su mirada.
Cody se recargó contra la roca, sin perder su sonrisa.
"Yo nunca manipulo. Pero si algún día necesito que te relajes, ahora sé que exfoliación y música ambiental pueden funcionar," dijo Cody, divertido.
Gwen sacudió la cabeza antes de reír suavemente.
Cody dejó que la conversación fluyera de manera natural antes de inclinarse levemente hacia ella.
"Sabes, mientras construíamos la casa, te vi escribiendo," dijo Cody, con tono curioso.
Gwen levantó la mirada, jugando con el lápiz entre sus dedos.
"¿Y?" preguntó Gwen, con leve interés.
Cody sonrió antes de inclinarse un poco más hacia ella.
"Solo tenía curiosidad... ¿Escribías sobre nosotros, sobre el caos de martillos y madera, o hay algo más interesante en esas páginas?" preguntó Cody, con tono sugerente.
Gwen sintió la cercanía de Cody, pero no se apartó. Solo lo miró por un segundo antes de responder.
"Tal vez," dijo Gwen, con tono neutral pero con una pequeña sonrisa juguetona.
Cody levantó una ceja, detectando la respuesta ambigua.
"Ese 'tal vez' es muy sospechoso," dijo Cody, fingiendo interés absoluto.
Gwen se encogió de hombros, sin perder su expresión tranquila.
"Si quieres saberlo, tendrás que descubrirlo," dijo Gwen, con aire desafiante.
Cody se quedó en silencio por un momento antes de soltar una leve risa.
"Desafío aceptado," dijo Cody, apoyándose contra la roca y disfrutando la conversación.
La tarde seguía avanzando, y aunque el ambiente seguía siendo ligero, había una pequeña chispa de juego en el aire.
Porque en medio de la charla y el humor, había algo más entre líneas. Algo interesante. Algo que tal vez Cody no esperaba, pero que definitivamente disfrutaba.
La brisa de la tarde aún soplaba suavemente, moviendo las hojas de los árboles con un ritmo sereno.
El ambiente era tranquilo, pero algo en el aire parecía cambiar.
Cody se inclinó un poco más hacia Gwen, observándola con una expresión que no era solo de curiosidad, sino de determinación.
Había algo que quería decir. Algo que no podía seguir evitando.
Pero no fue solo la idea en su mente lo que lo llevó a dar el siguiente paso.
Fue la manera en que Gwen lo miró.
Por un instante, el ruido del campamento se desvaneció.
Solo estaba Cody, Gwen... y esa mirada.
No era solo una mirada casual.
Era algo más.
Una mezcla de incertidumbre, de recuerdos, de pensamientos no dichos.
Cody lo notó de inmediato. Y en ese instante, supo que no podía seguir esquivando el tema.
Ya era momento de hablar.
"Gwen," dijo Cody, su voz bajando un poco, con un tono más serio.
Gwen parpadeó un par de veces, sintiendo el cambio en el ambiente.
"¿Qué?" preguntó Gwen, aunque sabía que había algo más detrás de esa mirada de Cody.
Cody inspiró profundo antes de soltarlo.
"Hay algo de lo que tenemos que hablar."
Gwen no necesitó preguntar de qué se trataba.
Lo supo en ese instante.
Porque apenas Cody dijo esas palabras, un recuerdo se disparó en su mente.
El beso.
Aquel momento que había quedado suspendido en su memoria, que había tratado de ignorar, pero que ahora volvía con fuerza.
Gwen sintió un leve calor en el rostro.
No quería reaccionar tan obvia, pero su cuerpo lo hizo antes de que pudiera detenerlo.
Su corazón latió un poco más fuerte.
Y por un segundo, su mirada bajó al suelo.
"No creo que sea necesario hablar de eso," murmuró Gwen, desviando la vista.
Pero Cody no dejó que el momento se esfumara tan rápido.
Sin decir nada más, extendió la mano y la tomó suavemente, asegurándose de que siguieran sentados ahí, juntos.
Gwen sintió la calidez de la mano de Cody sobre la suya.
No fue un gesto dominante, ni invasivo.
Solo fue firme.
Como si le dijera que no tenía que huir. Que podían hablar. Que podían simplemente estar ahí.
"No tienes que decir nada si no quieres," dijo Cody, con una voz calmada.
"Pero no tienes que salir corriendo tampoco."
Gwen levantó la mirada, encontrando los ojos de Cody sobre ella.
Había algo en su expresión.
Algo genuino. Algo que hizo que su corazón latiera aún más fuerte.
Por un momento, el mundo pareció detenerse.
Los segundos pasaron, pero ninguno soltó la mano del otro.
Era como si esa conexión física fuera suficiente para entenderse sin necesidad de palabras.
Gwen no sabía qué decir.
Pero tampoco quería moverse.
Porque, por alguna razón, estar ahí con Cody... simplemente se sentía correcto.
El sol estaba comenzando a bajar lentamente en el horizonte, tiñendo el cielo con tonos cálidos y suaves.
Cody y Gwen seguían sentados, sus manos aún entrelazadas en un gesto firme, pero tranquilo.
El ambiente tenía algo diferente. Una tensión que no era incómoda, sino inevitable.
Era el tipo de momento en el que no hay escapatoria. Solo queda enfrentarlo.
Gwen bajó levemente la mirada, intentando controlar la sensación extraña en su pecho.
No quería hablar. No sabía cómo hacerlo.
Pero sabía que Cody lo haría.
Porque él no era de los que dejaban las cosas en el aire.
"Te ves inquieta," dijo Cody, su voz baja pero relajada.
Gwen sintió un leve escalofrío en la espalda.
No porque estuviera asustada, sino porque las palabras de Cody golpearon justo donde debía.
Era verdad. Se sentía inquieta.
No sabía cómo reaccionar.
La presencia de Cody, su tono seguro pero tranquilo, la hacía sentir expuesta.
"No tienes que decir nada si no quieres," agregó Cody, sin soltar su mano. "Pero yo sí quiero decir algo."
Gwen sintió su corazón latir más fuerte.
No quería esto. No ahora.
Pero Cody ya había decidido hablar.
Gwen miró de reojo a Cody.
Él no parecía nervioso. No estaba evitando su mirada.
Se veía seguro.
Demasiado seguro.
"¿Cómo puede verse tan tranquilo?" pensó Gwen.
Su postura era relajada, su expresión era sincera, y la manera en que sostenía su mano no era posesiva, ni invasiva.
Era simplemente Cody.
Alguien que no tenía miedo de decir lo que piensa.
Alguien que no estaba buscando una reacción de ella. Solo estaba siendo honesto.
Cody inhaló profundo antes de hablar.
"Sobre ese beso..." dijo Cody, con voz clara.
Gwen sintió el impacto de esas palabras en su pecho.
No quería recordar. No ahora.
Pero su mente lo hizo de todas formas.
La sensación del momento, la sorpresa, la intensidad... todo volvió en un instante.
"Fue algo que mis deseos internos no pudieron contener," continuó Cody, sin apartar la mirada de ella.
Gwen cerró los ojos un segundo.
"¿Por qué me dice esto?" pensó Gwen. "¿Por qué no simplemente lo deja en el pasado?"
Pero en el fondo, sabía la respuesta.
Porque ese beso no fue un accidente. No fue impulsivo sin significado.
Fue real.
Y Cody lo sabía.
Y ahora... ella también.
"No lo planeé," admitió Cody. "Pero tampoco me arrepiento."
Gwen sintió su respiración volverse un poco más lenta.
Lo estaba diciendo con tanta seguridad, con tanta sinceridad... que no podía ignorarlo.
"Fue algo espontáneo, y tal vez en otro momento no hubiera pasado. Pero sucedió porque había algo en el aire. Algo en ti," dijo Cody, con una sonrisa ligera.
Gwen sintió su cara calentarse.
No podía reaccionar.
No podía mirarlo directamente.
"¿Está diciendo que fue por mí?" pensó Gwen.
Pero antes de que pudiera encontrar una respuesta, Cody siguió hablando.
"No busco una relación," dijo Cody, con total tranquilidad. "No estoy pensando en qué significa todo esto ni qué deberíamos hacer."
Gwen lo miró por un segundo, sorprendida por su franqueza.
"Entonces... ¿por qué lo dices?" pensó Gwen.
Cody exhaló suavemente antes de sonreír.
"Solo quiero ser honesto," dijo Cody, con voz calmada. "Porque tú me haces sentir cosas que no esperaba."
Gwen sintió un pequeño escalofrío recorrer su espalda.
No era algo cursi. No era una confesión de amor.
Era simplemente la verdad.
Y por alguna razón, escucharla de su boca hacía que todo se sintiera diferente.
El silencio volvió, pero ahora era diferente.
Ya no era un silencio incómodo.
Era un silencio cargado de significado.
Gwen sintió la calidez de la mano de Cody, la firmeza de su presencia, y el peso de lo que acababa de decir.
Su mente no podía procesarlo del todo.
"¿Qué hago con esto?" pensó Gwen.
No tenía una respuesta.
Pero tampoco tenía la necesidad de tenerla ahora mismo.
La tarde avanzaba lentamente, el sol comenzaba a teñir el cielo con tonos cálidos y el aire traía consigo una brisa serena.
Cody y Gwen seguían sentados en el mismo lugar, aún sin hablar, aún procesando lo que había pasado en los últimos minutos.
Pero la calma solo era superficial. En el fondo, todo estaba cargado de tensión.
Una tensión que Gwen sentía más que nunca.
Porque ahora ya no podía fingir que no pasaba nada.
Gwen se mordió ligeramente el labio, su mirada bajando al suelo mientras su mente se llenaba de pensamientos que no podía controlar.
"¿Por qué me siento así?" pensó Gwen.
La tranquilidad de Cody, su manera de expresarse, su honestidad sin presiones...
Todo eso hacía que su mente estuviera atrapada en un torbellino de emociones confusas.
No entendía exactamente qué estaba sintiendo, pero sí sabía algo.
Ya no podía ignorarlo.
"Es solo Cody," pensó Gwen, intentando racionalizarlo. "Es el mismo de siempre. Solo está siendo él."
Pero era mentira.
Porque algo había cambiado.
La forma en que la miraba. La forma en que hablaba. La forma en que le sostuvo la mano, sin obligarla a nada, solo asegurándose de que se quedaran ahí, juntos.
Ese gesto había sido demasiado sutil, pero demasiado significativo.
"Si fuera cualquier otra persona, no me sentiría así," pensó Gwen.
Y ahí estaba la verdad.
Esto no era solo un momento cualquiera.
Esto era algo diferente.
Algo que Cody había provocado en ella sin esfuerzo aparente.
Y ahora ella no sabía qué hacer con eso.
Cody no era ajeno a la reacción de Gwen.
Podía notar la forma en que desviaba la mirada, la manera en que jugueteaba con su lápiz sin un motivo real.
Pero lo más importante era lo que no hacía.
No se levantaba. No se iba.
Seguía ahí, a su lado, aunque claramente estaba atrapada en sus propios pensamientos.
"La estoy afectando más de lo que imaginé," pensó Cody, con una leve sonrisa interna.
No porque lo estuviera disfrutando de manera egoísta, sino porque esto confirmaba algo.
Lo que había pasado entre ellos no era un simple accidente.
Tenía peso.
Y Gwen estaba comenzando a entenderlo.
"No hay razón para apresurar esto," pensó Cody.
Así que, en lugar de insistir, decidió hacer lo que mejor funcionaba en ese momento.
Ser él mismo.
"Mira, Gwen..." dijo Cody, con voz serena.
Gwen levantó la vista de inmediato, como si su nombre en su voz la hubiera sacado de su propio mundo.
Y eso le hizo darse cuenta de algo más.
Le gustaba la manera en que Cody decía su nombre.
"No quiero que pienses demasiado en esto," continuó Cody. "Sé que ahora mismo tienes mil cosas cruzando por tu cabeza, y no estoy aquí para agregar más confusión."
Gwen tragó saliva suavemente.
Porque, de alguna manera, Cody estaba diciendo exactamente lo que ella necesitaba escuchar.
Sin presiones. Sin apresurarla.
Solo siendo sincero.
"Solo quiero que sepas que no me arrepiento de nada," dijo Cody, su voz baja pero firme.
Gwen sintió un leve escalofrío recorriendo su espalda.
"No me arrepiento de haberte besado," agregó Cody, con una leve sonrisa.
Y ahí estaba. La frase que golpeó directamente en su pecho.
Porque Cody no estaba jugando. No estaba intentando manipularla ni convencerla de nada.
Solo estaba diciendo lo que realmente pensaba.
Y por alguna razón, eso hacía que Gwen lo viera aún más atractivo.
Cody miró el cielo por un segundo, notando que el sol ya estaba casi oculto.
Había hablado lo suficiente.
El resto dependería de Gwen y del tiempo.
Así que se levantó con tranquilidad, estirándose levemente antes de mirarla de nuevo.
"Vas a estar bien," dijo Cody, con una leve sonrisa segura. "Lo que sea que pase después, lo descubriremos cuando sea el momento."
Gwen no dijo nada. Solo asintió.
Y entonces, justo cuando Cody estaba por irse, hizo algo que terminó de sellar el momento.
Se inclinó suavemente hacia ella, con la misma calma que había tenido durante toda la conversación.
Y le dejó un beso ligero en la mejilla.
Gwen sintió su piel calentarse de inmediato.
Fue rápido. Fue simple.
Pero lo sintió.
Y su corazón volvió a latir con fuerza.
Porque ahora, definitivamente, ya no podía ignorarlo.
En un cambio de escena
El agua estaba fría pero tranquila, envolviendo su cuerpo en una sensación de calma absoluta.
Cada brazada, cada movimiento bajo la superficie, le ayudaba a despejar su mente, a soltar el peso de lo que acababa de suceder.
Pensó que nadar lo distraería. Que lo sacaría de esa maraña de emociones y pensamientos.
Pero incluso aquí, en este pequeño respiro de soledad, todo seguía presente.
Porque por más que quisiera evitarlo... Gwen seguía en su cabeza.
Cody miró el cielo mientras flotaba sobre el agua, dejando que su cuerpo se relajara.
"Cuando llegué aquí, pensé que todo esto era una caricatura," pensó Cody, dejando que la idea pasara sin resistencia.
Todo tenía ese aire exagerado, las personalidades marcadas, los momentos caóticos.
Pero ahora...
Ahora lo sentía real.
Demasiado real.
Las emociones, las miradas, la forma en que el ambiente cambiaba dependiendo de lo que sucedía.
"Esto no es solo un juego. Esto no es un simple escenario de ficción."
Y ahí estaba la gran revelación.
Este mundo tenía algo especial. Algo que lo hacía sentir cosas que nunca pensó sentir en un sitio así.
Cody se sumergió por un segundo, dejando que el agua envolviera su cuerpo antes de salir a la superficie de nuevo.
No podía evitarlo.
Pensar en Gwen lo llevó inevitablemente a pensar en las demás chicas.
Porque este lugar no solo estaba lleno de desafíos.
También estaba lleno de belleza.
Demasiada belleza.
Cody se rió para sí mismo, sacudiendo la cabeza levemente mientras seguía nadando.
"¿Qué voy a hacer con tanta belleza en un solo lugar?" pensó, divertido.
Gwen, con su mirada intensa y su manera de hablar que siempre le hacía pensar en algo más allá.
Bridgette, con su aura relajada, su calma y la forma en que hacía que todo pareciera más liviano.
Courtney, con su determinación, su fuerza, su energía inquebrantable.
Lindsay, con su encanto inocente y su sorprendente habilidad para conectar con todos sin esfuerzo.
Era un caos absoluto.
Pero un caos hermoso.
Cody se dejó flotar de nuevo, exhalando un suspiro antes de soltar un pensamiento suelto.
"Ojalá fuera tan fácil como en el anime de 100 Novias."
Ah, si tan solo la lógica del anime aplicara aquí.
Si todo estuviera predefinido, si las cosas solo se acomodaran por sí solas.
Si simplemente pudiera seguir el camino sin tener que procesar cada emoción tan profundamente.
Pero eso no iba a pasar.
Porque esto no era un anime.
Esto era su realidad ahora.
Y aunque tuviera que manejarlo como mejor pudiera...
Algo saldría después.
Eso se decía mientras seguía nadando, dejando que el agua lo cubriera de nuevo.