Capitulo 35 – Cuarto Desafio (Parte 4)
El ambiente en el escenario, los Bagres estaban cargado de energía. Los campistas se movían por todas partes, practicando sus respectivos espectáculos para la competencia de talentos.
Geoff intentaba perfeccionar sus trucos en la patineta, DJ repasaba su danza con listón, y Courtney afinaba su violín con concentración absoluta.
Todo parecía fluir sin problemas, hasta que un grupo de chicos decidieron que era momento de añadir un reto extra a la práctica.
Owen, Tyler y Harold, aún entusiasmados por la competencia, se agruparon cerca de Bridgette, intercambiando miradas con aire travieso.
"¡Oye, Bridgette! Dijiste que podías durar veinte minutos parada de manos, ¿pero será cierto?" preguntó Owen con una sonrisa amplia.
Bridgette arqueó una ceja, cruzando los brazos con seguridad.
"Por supuesto que es cierto," respondió con confianza.
Tyler dio un paso adelante, aún con la emoción del reto en la mirada.
"Entonces hazlo ahora. Veinte minutos completos," dijo, con tono desafiante.
Bridgette exhaló con diversión antes de estirarse los brazos.
"Está bien, chicos. Solo espero que no se aburran viéndome todo este tiempo," dijo con una sonrisa ligera.
Sin perder más tiempo, se posicionó correctamente y, con un movimiento firme, se impulsó hacia arriba, quedando perfectamente equilibrada sobre sus manos.
El grupo observó con interés, y aunque al principio solo lo tomaban como una prueba divertida, poco a poco comenzaron a notar que Bridgette realmente mantenía la postura con estabilidad impresionante.
Owen silbó con admiración.
"Wow, ¿cómo haces que parezca tan fácil?" Owen preguntó, con genuino asombro.
Harold ajustó sus gafas antes de asentir lentamente.
"Esto es... impactante," murmuró Harold, evaluando la técnica.
Mientras los chicos observaban a Bridgette, Courtney seguía completamente sumergida en su práctica con el violín.
Sus dedos se movían con precisión sobre las cuerdas, su concentración absoluta en cada nota que tocaba.
Pero entonces, sin que nadie lo viera venir, ocurrió el desastre.
Bridgette, en su intento por ajustar ligeramente su equilibrio, movió una de sus manos hacia atrás.
No notó que justo detrás de ella había una soga floja, la que sostenía una lámpara pesada suspendida en el techo.
Con un pequeño tirón involuntario, la soga se tensó más de lo debido.
Y en cuestión de segundos...
La lámpara cayó.
El sonido del impacto fue fuerte, resonando en toda la cabaña.
Pero lo peor no fue el golpe de la lámpara contra el suelo... sino el objeto que terminó atrapado bajo su peso.
El violín de Courtney.
El instrumento que había afinado con tanto cuidado, el que había estado practicando sin descanso.
Destrozado.
Courtney, al darse cuenta de lo que había pasado, sintió el aire atraparse en su pecho antes de abrir los ojos con horror.
La cabaña se quedó en silencio por un segundo.
Y luego...
Courtney dejó escapar un sonido quebrado, como si no pudiera procesarlo por completo.
Sus ojos se llenaron de lágrimas antes de que las emociones explotaran.
"¡Mi violín!" gritó, su voz temblando entre la furia y el dolor.
Bridgette, quien había caído al suelo por el movimiento repentino, se giró rápidamente hacia Courtney, su rostro reflejando pánico.
"Courtney, lo siento mucho, yo no quería—" comenzó a decir, con urgencia.
Pero Courtney no escuchó.
Se levantó rápidamente, su mirada encendida de enojo, la frustración desbordándose en cada palabra.
"¡¿Cómo pudiste?!" exclamó, sin contener su ira. "Era lo único que realmente me importaba en esta competencia, ¡y ahora está arruinado!"
Bridgette se puso de pie con rapidez, sus manos alzadas en un gesto de disculpa genuina.
"Fue un accidente, ¡de verdad!" dijo, desesperada.
Courtney apretó los puños, exhalando con fuerza, intentando controlar su enojo.
Pero sus ojos seguían llenos de lágrimas, y cada vez que miraba los restos de su violín, su rabia volvía a resurgir.
La tensión se sentía pesada en la cabaña. Nadie sabía qué decir.
Bridgette solo podía mirar a Courtney, esperando que sus disculpas sirvieran de algo.
Los campistas se reunieron en las bancas frente al escenario, la emoción creciendo con cada segundo que pasaba.
El aire estaba cargado de expectativa, con murmullos y apuestas sobre quién daría la mejor actuación.
De repente, las luces del anfiteatro se encendieron, iluminando el escenario y anunciando el inicio del evento.
El telón se alzó, revelando la silueta inconfundible de Chris McLean, quien apareció con una sonrisa amplia y su clásica energía exagerada.
Sujetando el micrófono con firmeza, levantó una mano para captar la atención de todos.
"¡Bienvenidos, campistas y televidentes, a una noche de puro espectáculo!" exclamó Chris, haciendo un gesto dramático con los brazos.
Los participantes miraban con diferentes reacciones: algunos emocionados, otros nerviosos, y unos pocos evaluando estratégicamente a sus rivales.
Chris siguió hablando, disfrutando su momento de protagonismo.
"Esta noche, seis de nuestros valientes competidores pondrán a prueba sus talentos en un show que será juzgado por un experto de la industria..."
De repente, un sonido de trompeta resonó en los altavoces, generando una pausa dramática antes de la gran revelación.
Chris sonrió con astucia antes de señalar hacia la zona de los jueces.
"Damas y caballeros, les presento al juez de hierro, el anterior DJ y maestro absoluto del hip hop... ¡Chef Hatchet!"
Las luces cambiaron de dirección, enfocando al imponente Chef Hatchet sentado en su puesto de juez, con expresión seria y brazos cruzados.
Un sonido de bocina resonó, mientras Chef golpeaba una mesa con fuerza para demostrar su presencia.
"¡Espero ver talento real esta noche!" gruñó Chef, su voz grave añadiendo una dosis extra de tensión.
Los campistas tragaron saliva.
No sería fácil impresionar a un juez como él.
Chris, por su parte, solo disfrutaba el espectáculo antes del espectáculo.
"Recuerden, el equipo con la peor presentación enviará a uno de sus miembros directo a casa esta noche," dijo Chris, con tono divertido. "Así que denlo todo en el escenario."
El público murmuró, algunos intercambiando miradas con nerviosismo.
La competencia estaba por comenzar.
Y nadie quería ser el primero en fallar.
Las luces del anfiteatro se enfocaron en el escenario mientras los campistas esperaban la primera presentación de la noche.
DJ, el único representante de los Bagres en esta prueba, avanzó con paso firme hacia el centro, sosteniendo un listón rojo que se movía ligeramente con la brisa.
Desde su lugar, Geoff y Courtney observaban con expectativa. Aunque estaban dentro del equipo, la presión recaía completamente sobre DJ.
Chris, disfrutando el momento, levantó el micrófono con una sonrisa entretenida.
"¡Y comenzamos con los Bagres, que esta noche apuestan todo por DJ y su espectacular danza con listón!" anunció con energía.
Chef Hatchet miró al campista con expresión neutral, cruzando los brazos sin decir palabra.
El público esperaba.
El silencio duró unos segundos, hasta que la música empezó.
Desde el primer movimiento, DJ dejó claro que no estaba improvisando.
El listón flotó en el aire con suavidad, cada giro creando figuras limpias que se deslizaban con el ritmo de la música.
Sus pasos eran firmes, controlados, su cuerpo moviéndose con una precisión que contrastaba completamente con su tamaño y fuerza.
Pero ahí estaba la belleza del acto.
DJ lograba que la danza se viera ligera, que el listón se moviera como si tuviera vida propia.
Cada movimiento lo hacía con seguridad, sin dudar, sus brazos trazando curvas en el aire que parecían dibujar patrones invisibles.
El público comenzó a reaccionar, algunos asintiendo con sorpresa, otros murmurando sobre lo inesperado de su habilidad.
Courtney observaba con atención, reconociendo la perfección de su técnica.
Geoff, desde su lugar, sonrió con orgullo.
DJ giró sobre sí mismo, el listón formando un espiral brillante antes de extenderse en una línea perfecta.
Era un espectáculo de control y elegancia, la música marcando cada paso con precisión.
Pero entonces...
DJ decidió llevar el acto a su último movimiento, una serie de giros rápidos para finalizar con un gesto dramático.
Pero en el impulso, el listón se enredó ligeramente en su brazo.
Intentó corregir el error sin que fuera evidente, pero el nudo se hizo más fuerte.
Con otro paso, el listón se atrapó alrededor de su muñeca, restringiendo su movimiento justo antes del cierre del acto.
DJ, manteniendo la calma, hizo un último intento de liberar la tela, pero sin éxito.
Cuando la música terminó, se quedó en su última pose... aunque con el listón todavía enredado en su mano.
El público reaccionó con una mezcla de aplausos y risas.
Chris, sin perder la oportunidad, intervino con su clásico sarcasmo.
"Un cierre apretado para DJ, literalmente," bromeó, con una sonrisa amplia.
Chef Hatchet golpeó la mesa antes de levantar su cartel de puntuación.
5 puntos de 10.
DJ exhaló con una sonrisa agridulce. Había dado un gran espectáculo, pero el error en el cierre le había costado algunos puntos.
Courtney suspiró antes de darle una palmada en la espalda.
"Fue buenísimo," dijo Courtney con tono sincero.
Geoff asintió con fuerza.
"Sí, amigo, en serio, ¡lo hiciste increíble!" agregó Geoff con entusiasmo.
DJ sonrió, sintiendo el apoyo de su equipo a pesar de la puntuación.
La competencia seguía.
Y ahora era el turno de los Topos.
Las luces del anfiteatro volvieron a enfocarse en el escenario, marcando el inicio de la segunda presentación de la noche.
Chris, disfrutando el momento, tomó el micrófono con energía antes de anunciar al siguiente participante.
"¡Damas y caballeros, es turno de los Topos!" exclamó con entusiasmo. "Y comenzamos con un número musical que promete emociones fuertes. ¡Denle la bienvenida a Trent!"
Los aplausos resonaron mientras Trent caminaba con confianza hacia el centro del escenario, sosteniendo su guitarra con firmeza.
Se acomodó en el banco que habían colocado para su presentación, ajustó el micrófono y pasó los dedos suavemente por las cuerdas, probando el sonido antes de empezar.
El ambiente se tornó más tranquilo, el público expectante.
Y entonces, con un último respiro profundo, Trent comenzó a tocar.
Las primeras notas fluyeron con suavidad, la melodía ligera pero envolvente.
Su voz resonó clara en el anfiteatro, con un tono relajado pero cargado de intención.
La letra comenzó a desarrollarse, las palabras reflejando una sinceridad que era imposible ignorar.
"Todos dicen que solo hay verano
Pero creo que eso no es en vano"
El público escuchaba con atención, algunos moviendo ligeramente la cabeza al ritmo de la guitarra.
"La diversión es nadar hacia el Sol
Seremos solo los dos
Nada que hacer, solo estar"
La atmósfera cambió.
Había algo en la manera en la que Trent cantaba que hacía que la canción pareciera más personal.
Y entonces, el momento clave llegó.
"Debes oír lo que voy a decir
Te esperaría solo por un beso"
Las últimas palabras cayeron con un peso evidente.
Y, como si estuvieran sincronizados sin haberlo planeado, los campistas giraron sus miradas lentamente hacia Gwen.
Ella sintió cada una de esas miradas como si fueran reflectores directos.
Su expresión se tensó por un segundo.
Pero en realidad, solo le preocupaba una cosa.
Cody.
Sin poder evitarlo, lo miró, intentando descifrar si la canción le había causado alguna reacción.
Pero, para su sorpresa, Cody solo sonrió divertido.
Ni tensión, ni incomodidad, ni sorpresa. Solo una risa ligera, como si encontrara la situación entretenida.
Gwen parpadeó, sin saber si debía sentirse aliviada o molesta.
Trent, ajeno a las miradas cruzadas, terminó su canción con un último rasgueo en la guitarra antes de levantar la mirada hacia el juez.
Chef Hatchet golpeó la mesa con una mano antes de levantar su cartel de puntuación.
7 de 10.
Trent sonrió levemente, satisfecho con el puntaje.
Chris, como siempre, aprovechó la oportunidad para añadir su comentario.
"Un buen número, Trent, pero tal vez podríamos llamarlo... un poco demasiado personal."
El público rió, algunos aún mirando de reojo a Gwen, que solo exhaló con fastidio antes de apartar la vista.
La competencia seguía.
Las luces del anfiteatro parpadearon levemente, anunciando que el siguiente acto estaba por comenzar.
Chris apareció nuevamente en el centro del escenario, su sonrisa aún más amplia que antes, claramente emocionado por lo que vendría a continuación.
"¡Y ahora, es turno de los Bagres otra vez!" exclamó, haciendo un gesto exagerado con los brazos. "Pero esta vez, nos traen un número único que podría dejarnos sin palabras... para bien o para mal."
Courtney, sentada en la banca con el resto del equipo, apretó los labios con nerviosismo.
Bridgette, quien sería la última representante del equipo en la competencia de talentos, se preparaba detrás del escenario, intentando calmarse.
El peso de la presentación caía completamente sobre ella. Después del desastre del baile con listón de DJ, su número era lo único que quedaba para que los Bagres pudieran mejorar su puntuación.
Y eso la ponía más nerviosa de lo habitual.
Bridgette respiró profundamente, tratando de concentrarse.
Pero el problema no era solo la presión.
Era el hecho de que, minutos antes del espectáculo, había comido demasiado.
Pensó que le ayudaría a mantener la energía, pero ahora sentía su estómago más revuelto de lo que debería.
Aun así, intentó ignorar la sensación y avanzó hacia el escenario cuando Chris la presentó.
Las luces la enfocaron, y el público la observó con curiosidad.
Desde la banca, Courtney miraba con una mezcla de esperanza y temor.
Bridgette se posicionó en el centro y, con un movimiento preciso, se impulsó para quedar perfectamente parada de manos.
El público murmuró con interés.
Tal vez esto sí funcionaría.
Pero entonces, el desastre comenzó.
Apenas pasaron unos segundos en su postura cuando Bridgette sintió una presión desagradable en su estómago.
Intentó ignorarla. Trató de mantener la calma.
Pero no pudo.
Y sin previo aviso... vomitó.
El líquido cayó directamente sobre el escenario, salpicando el suelo en una expansión preocupante.
Chris, aún en la zona de presentación, levantó una ceja con expresión de sorpresa, mientras el público reaccionaba con una combinación de gritos y carcajadas.
Pero lo peor aún no había pasado.
Bridgette intentó moverse para recuperar el equilibrio, pero la superficie del escenario estaba resbalosa por el desastre.
Sus manos patinaron por el suelo y, antes de poder corregir su postura, perdió completamente el control.
Su cuerpo cayó hacia adelante, directo hacia el borde del escenario.
Y justo en la trayectoria de Cody.
El público observó con expectativa mientras Bridgette se inclinaba peligrosamente hacia él.
Y antes de que pudiera tocar el suelo, Cody reaccionó rápido, estirando los brazos y atrapándola justo a tiempo.
La posición en la que la sostuvo, con sus brazos debajo de ella y su cabeza ligeramente inclinada, la hacía parecer una princesa rescatada en medio de un cuento de hadas.
Excepto que no era un cuento de hadas.
Y ella estaba cubierta de vómito.
El silencio duró un segundo.
Luego, otro grito rompió la escena.
Lindsay, quien había estado observando desde la banca con una mezcla de incredulidad y enojo creciente, se puso de pie abruptamente.
"¡Bridgette, vomítale a tu propio novio!" gritó, con expresión indignada.
El comentario sorprendió a varios en el grupo, pero nadie más que Gwen.
Ella alzó las cejas con molestia, girándose levemente hacia Lindsay, su mente procesando las palabras con rapidez.
¿Su propio novio?
¿De qué estaba hablando Lindsay?
La duda quedó en el aire por un momento, pero antes de que alguien pudiera responder o preguntar, Chef Hatchet intervino.
Golpeó su mesa con fuerza antes de levantar su cartel de puntuación.
3 de 10.
Bridgette, aún en los brazos de Cody, cerró los ojos con una mezcla de vergüenza y horror.
Courtney, desde la banca, se cubrió el rostro con una mano, sintiendo que todo el esfuerzo de los Bagres acababa de derrumbarse por completo.
Chris, que había estado observando con diversión, finalmente avanzó de puntillas hacia el desastre en el escenario.
Miró las manchas en el suelo, el desastre general, y con un tono burlón, habló nuevamente al micrófono.
"Bueno, chicos, necesitamos una limpieza inmediata en el pasillo 1... 2... 4... 5... 6..." dijo, enfatizando cada número con una pausa dramática.
El público estalló en risas, mientras el equipo de producción ya se movía para limpiar el desastre.
La competencia seguía.
Pero Bridgette no podría olvidar esto tan fácilmente.
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Confesionario de Bridgette
La cámara enfocó a Bridgette, quien tenía los brazos cruzados, su expresión reflejando una mezcla entre resignación y mortificación.
"Dios, quedé mal a nivel nacional."
Suspiró con fuerza antes de sacudir la cabeza.
"No solo arruiné la presentación, rocié a medio campamento con vómito."
Hizo una pausa antes de exhalar de nuevo.
"Y luego... luego caí encima de Cody, como si fuera una escena romántica, pero en realidad era un desastre absoluto."
Miró hacia un lado, preocupada.
"Ahora no sé cómo me va a ver después de esto... Y no solo él, todos."
Se llevó una mano al rostro antes de murmurar.
"Tal vez sea mejor que regrese a trabajar en la tienda de surf... lejos de cámaras... y de competencias de talentos."
La toma cortó justo cuando Bridgette apoyaba la cabeza sobre la mesa con frustración.
Después del desastre en el escenario, el campamento quedó en movimiento.
Los campistas se dispersaron, algunos buscando agua, otros cambiándose de ropa, mientras los encargados de limpieza intentaban recuperar el anfiteatro del desastre que Bridgette había dejado atrás.
La noche aún no terminaba, pero el impacto de lo ocurrido estaba lejos de disiparse.
Bridgette, sintiendo el peso de la vergüenza, había salido de la zona principal y se había refugiado en la caseta de confesionario.
No tenía muchas opciones.
Era eso o enfrentar las miradas de los demás.
Con los brazos cruzados y la cabeza apoyada en la pared, dejó escapar un largo suspiro antes de hablar.
Confesionario de Bridgette
La cámara enfocó su rostro, el cansancio reflejado en sus ojos.
"Esto fue oficialmente el peor momento de mi vida," dijo, su voz cargada de resignación.
Suspiró y sacudió la cabeza.
"No solo fallé en la competencia. No solo quedé como una total idiota. No. Literalmente vomité sobre la mitad del campamento," continuó, con un tono frustrado.
Se llevó una mano al rostro antes de murmurar.
"Owen, Noah, Sadie, Katie... probablemente nunca me vean igual después de esto."
Soltó una leve risa amarga.
"Y luego está Cody... claro, tenía que caerle encima. Como si esto no pudiera ponerse peor."
Sus labios se fruncieron ligeramente.
"Voy a quedar como la 'chica del vómito' en televisión nacional. Tal vez debería regresar a trabajar en la tienda de surf... lejos de cámaras, lejos de espectáculos, lejos de todo."
Terminó con otro suspiro, dejando su cabeza apoyada contra la pared del confesionario, intentando convencerse de que podía olvidar lo ocurrido.
Pero entonces, un sonido la sacó de su momento privado.
Un golpeteo suave en la puerta de la caseta.
Bridgette levantó la mirada, frunciendo el ceño con ligera incomodidad.
¿Quién podría ser?
Abrió la puerta lentamente.
Y ahí estaba Cody.
Cody estaba de pie frente a ella, con su clásica expresión relajada y una sonrisa ligera en el rostro.
Bridgette sintió una punzada de incomodidad recorriéndole el pecho.
Después de todo, él había estado en el peor lugar posible cuando todo ocurrió.
Pero Cody no parecía molesto.
Solo... curioso.
"¿Escondiéndote?" preguntó con tono casual.
Bridgette cruzó los brazos antes de soltar un suspiro.
"Intentando procesar que probablemente será tendencia en internet por razones equivocadas," respondió con cierto sarcasmo.
Cody dejó escapar una leve risa.
"Mira, si sirve de consuelo, fue un buen espectáculo," comentó, con una expresión de diversión.
Bridgette entrecerró los ojos con incredulidad.
"¿Un espectáculo? ¡Cody, le rocié vómito a medio campamento!" exclamó, su voz todavía reflejando la incomodidad.
Cody se encogió de hombros.
"Sí, pero al menos fue memorable. ¿Cuántas presentaciones de talento logran que todos griten al mismo tiempo?"
Bridgette parpadeó, sorprendida por el giro en su perspectiva.
Soltó una leve risa, a pesar de sí misma.
"No sé si eso me hace sentir mejor o peor," admitió.
Cody sonrió antes de apoyarse contra la pared de la caseta.
"¿Sabes qué es lo peor de todo?" preguntó, con tono ligero.
Bridgette lo miró, esperando su respuesta.
"Me atrapaste como si fuera una escena de película romántica. Y luego Lindsay decidió que era mi culpa."
Bridgette recordó el momento exacto, la manera en que Lindsay se levantó furiosa, gritando sobre que le vomitara a 'su propio novio'.
La imagen fue tan absurda que no pudo evitar reír.
Por un instante, la tensión en su pecho pareció aliviarse.
"Sí... no sé qué fue peor, mi caída o su reacción," admitió Bridgette.
Cody asintió con una sonrisa.
"Sinceramente, yo ya perdí la cuenta de cuántos problemas extra me caen encima sin previo aviso," dijo con aire reflexivo.
Bridgette levantó una ceja.
"Tal vez literalmente. Porque yo caí encima de ti."
Cody soltó una risa antes de asentir.
"Sí, exactamente."
Por un segundo, el ambiente entre ellos se sintió más ligero.
Bridgette dejó de pensar en el desastre. Dejó de pensar en las miradas, en la vergüenza.
Solo estaba ahí, con Cody, riéndose de algo que, horas antes, parecía un completo desastre.
Y entonces, sin previo aviso, lo hizo.
Se inclinó ligeramente hacia él, sus labios rozando los de Cody en un beso breve pero firme.
Cody, por un instante, no reaccionó.
Cuando Bridgette se separó, su rostro mostraba sorpresa, pero antes de poder decir algo, ella se giró rápidamente, caminando lejos de la caseta sin mirar atrás.
Cody la observó alejarse, sintiendo una mezcla de confusión y un leve aturdimiento.
Parpadeó un par de veces antes de soltar un suspiro.
Confesionario de Cody
La cámara lo enfocó, aún con la expresión de alguien que intenta descifrar qué acaba de pasar.
Dejó escapar una leve risa antes de sacudir la cabeza.
"No sé por qué mis problemas nunca dejan de llegar."
Miró hacia el lado, pensativo.
"Un beso inesperado. Lindsay gritando. Bridgette vomitando sobre medio campamento. Gwen probablemente sacando conclusiones por su cuenta..."
Exhaló con resignación antes de reír de nuevo.
"A veces creo que sería más fácil si solo pudiera desaparecer por una semana." dijo Cody
La toma cortó justo cuando Cody apoyó la cabeza contra la pared, dejando escapar otro suspiro.
La competencia aún no terminaba.
Y los problemas seguían acumulándose.