Capitulo 30 - Cuarto dia de Descanso (Parte 3)
El agua aún goteaba de su cabello mientras Cody salía del lago, sintiendo la brisa fresca contra su piel.
Su mente estaba tranquila después de nadar, pero no tardó mucho en volver al ritmo del campamento cuando, de repente, se encontró con Courtney.
Y a simple vista, no parecía estar teniendo un buen día.
Courtney estaba de pie, brazos cruzados y con el ceño fruncido, claramente sumida en una oleada de frustración.
No necesitaba decir nada para que Cody entendiera que su grupo estaba, una vez más, completamente desorganizado.
Porque si algo era predecible en esta isla, era que Courtney no toleraba el caos.
"Si no fueran tan incompetentes, podríamos haber terminado todo hace horas," murmuró Courtney, sacudiendo la cabeza con molestia.
Cody sonrió de lado, divertido por lo predecible del asunto.
"Problemas de liderazgo, ¿eh?" preguntó Cody, con tono relajado.
Courtney suspiró profundamente antes de mirarlo.
"Problemas de liderazgo, problemas de coordinación, problemas de todo. Me da dolor de cabeza solo pensar en ello," respondió Courtney, exasperada.
Cody se secó ligeramente el cabello con las manos antes de inclinar la cabeza con una expresión tranquila.
"¿Quieres distraerte un rato?" preguntó Cody, con esa sonrisa segura que siempre parecía desarmar tensiones.
Courtney frunció levemente el ceño, sin responder de inmediato.
Su mente estaba atrapada en la frustración del día, en todas las cosas que no habían salido como quería.
Pero entonces miró a Cody.
Su postura relajada, su expresión despreocupada, la forma en que parecía no tener el menor estrés sobre su espalda.
Era irritante... pero también tentador.
"¿Distraerme?" repitió Courtney, con una leve duda.
Cody simplemente asintió, sin apresurarla.
"Claro. Quieres despejar tu cabeza, y yo soy increíble en eso," dijo Cody, manteniendo esa energía ligera pero confiada.
Courtney lo observó por unos segundos antes de soltar un leve suspiro.
Quizás un poco de distracción no le vendría mal.
"Está bien. Pero no me hagas perder el tiempo," dijo Courtney, con un toque de seriedad.
Cody solo sonrió más ampliamente.
"Nunca lo haría," dijo Cody, dándole espacio para relajarse.
Y así, la tensión del día comenzó a disolverse mientras Courtney, por primera vez en toda la jornada, decidió dejar de pensar en su equipo y en sus problemas.
Aunque sabía que Cody no iba a facilitarle el mantener todo bajo control.
Pero quizás, por hoy, eso no sería algo malo.
Courtney caminaba detrás de Cody, aún sin saber exactamente a dónde la estaba llevando, pero con una ligera curiosidad.
Después de todo, si algo caracterizaba a Cody era que siempre tenía alguna idea poco convencional, y por ahora, dejarse llevar parecía la mejor opción.
Pero cuando finalmente llegaron a la casa del árbol, la expresión de Courtney cambió por completo.
Sus ojos se abrieron ligeramente, inspeccionando la estructura con detalle.
"¿Cómo demonios hicieron esto?" murmuró Courtney, cruzando los brazos mientras observaba cada ángulo de la casa del árbol.
Era grande. Muy grande.
Nada en esta isla debería estar construido con tanta precisión, mucho menos en cuatro horas.
Pero ahí estaba. Elevada, sólida, llena de detalles que hablaban de una planificación impecable.
Y lo más sorprendente era que Cody había sido el líder de todo esto.
"No lo entiendo... ¿Cómo conseguiste que los demás hicieran todo esto?" preguntó Courtney, con genuina incredulidad.
Cody sonrió con naturalidad, apoyándose contra una de las vigas.
"Trabajo en equipo, visión clara, y bueno... algunas habilidades que ayudan," dijo Cody, con aire relajado.
Courtney miró la estructura de nuevo, sus pensamientos comenzando a girar en torno a un solo punto.
Cody tenía un liderazgo natural.
Pero no era el tipo de líder que imponía autoridad.
Era el tipo de líder que hacía que los demás quisieran seguirlo por iniciativa propia.
Y eso, en su propia experiencia, era extremadamente difícil de lograr.
"Si yo tratara de hacer algo así con mi grupo, terminarían discutiendo entre sí antes de siquiera levantar la primera pieza de madera," pensó Courtney.
Pero con Cody, todo fluía de otra manera.
Y eso era lo que la confundía más.
Courtney subió con Cody a la plataforma principal de la casa del árbol, sus pasos firmes mientras aún seguía analizando la construcción con detenimiento.
Pero Cody, sin perder su actitud relajada, decidió cambiar el tono de la conversación.
"Sabes, te estresas demasiado," dijo Cody, sin rodeos.
Courtney se giró de inmediato, frunciendo el ceño.
"¡¿Qué?! No me estreso demasiado. Me estreso lo justo porque la gente no sabe hacer las cosas bien," respondió Courtney, con energía.
Cody soltó una leve risa, sin inmutarse.
"Ves, incluso en una conversación casual estás lista para pelear," dijo Cody, con tono juguetón.
Courtney abrió la boca para responder, pero se detuvo.
Porque se dio cuenta de que tenía razón.
Siempre estaba en un estado de tensión, preparada para responder cualquier cosa con intensidad.
Siempre en alerta, siempre asegurándose de que todo estuviera bajo control.
¿Cuándo fue la última vez que simplemente... disfrutó algo sin pensar en si estaba bien hecho o no?
Courtney exhaló, cruzándose de brazos mientras miraba el paisaje desde la altura de la casa del árbol.
"No puedo simplemente apagar mi mente y dejar que el mundo haga lo que quiera," dijo Courtney, con tono firme.
Cody se encogió de hombros antes de mirar el cielo, con la misma energía despreocupada.
"Nadie dice que apagues tu mente," respondió Cody. "Solo que te permitas disfrutar de la experiencia. No todo tiene que ser una batalla constante."
Courtney se quedó en silencio por unos segundos.
Porque aunque no quería admitirlo...
Tal vez, solo tal vez, Cody tenía razón.
La casa del árbol se sentía diferente en ese momento.
El viento movía suavemente las hojas, dejando que la luz del sol creara sombras irregulares en el suelo de madera.
Courtney aún exploraba el lugar con la mirada, admirando la estructura con una mezcla de sorpresa y análisis crítico.
Pero entonces, Cody hizo algo que terminó de definir el tono del encuentro.
Sacó su reproductor de música, lo encendió y dejó que una melodía suave llenara el espacio.
Courtney, que siempre tenía la mente en modo estrategia, no pudo evitar notar el cambio inmediato en el ambiente.
La música le daba un tono más liviano a la conversación, algo que Cody había hecho con toda la intención.
Y funcionaba.
"¿Música? ¿En serio?" preguntó Courtney, arqueando una ceja.
Cody sonrió mientras acomodaba su reproductor sobre la mesa de madera, sin apurarse.
"¿Por qué suena como una queja? Deberías estar agradeciendo mi increíble gusto musical," dijo Cody, con tono juguetón.
Courtney soltó una leve risa antes de sacudir la cabeza.
"No me quejo, solo me sorprende," dijo Courtney, cruzándose de brazos.
Y era verdad. No esperaba que Cody fuera tan detallista con el ambiente.
Pero ahí estaba, creando una atmósfera completamente diferente a la que había sentido todo el día.
Courtney observó cómo Cody se acomodaba con total tranquilidad, apoyándose contra la baranda de la casa del árbol mientras la miraba con esa sonrisa confiada.
Era irritante... pero también intrigante.
"Él nunca parece estresarse por nada," pensó Courtney, evaluándolo con más detenimiento.
Siempre relajado, siempre seguro, como si entendiera las reglas del juego mejor que nadie.
Y lo más extraño era que la gente lo seguía naturalmente.
No porque impusiera su liderazgo, sino porque hacía que querer seguirlo fuera lo más lógico.
"¿Cómo hace eso?" pensó Courtney.
Porque ella nunca lograba algo así con su equipo. Siempre tenía que exigir, corregir, reforzar la autoridad.
Pero Cody simplemente... hacía que todo funcionara.
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"Así que... ¿te gusta la casa?" preguntó Cody, inclinando la cabeza con una expresión astuta.
Courtney cruzó los brazos, aún observando la estructura con mirada crítica.
"Es impresionante," admitió Courtney.
Cody sonrió más ampliamente antes de soltar una línea con ese tono despreocupado que siempre tenía.
"Bueno, si te gusta, podríamos llamarla nuestra base secreta. Exclusiva para miembros con estándares altos y una actitud feroz," dijo Cody, con tono ligero.
Courtney soltó una leve carcajada, sin poder evitarlo.
"Oh, claro, porque esto definitivamente es lo que define la exclusividad," dijo Courtney, con humor.
Cody la miró con una expresión satisfecha.
"Ves, estás relajándote," dijo Cody, señalándola con una leve inclinación de cabeza.
Courtney abrió la boca para responder, pero se detuvo.
Porque se dio cuenta de que tenía razón.
Courtney se dejó caer sobre la banca de madera, exhalando suavemente.
"¿Desde cuándo me divierto en conversaciones que no tienen un propósito estratégico?" pensó Courtney.
Porque en su mundo, todo tenía un objetivo claro. Cada movimiento debía tener lógica, cada decisión debía tener un impacto.
Pero con Cody...
Las cosas simplemente fluían.
Sin estructura rígida, sin reglas claras.
Solo el momento, la charla, la música de fondo, y una conversación que avanzaba sin esfuerzo.
"Es molesto... pero también refrescante," pensó Courtney.
Y eso la hacía entrar en conflicto consigo misma.
Porque por más que intentara negarlo, estar aquí con Cody se sentía extrañamente natural.
Cody la observó por unos segundos antes de inclinarse levemente hacia la mesa.
"Sabes, podrías pasar más tiempo así," dijo Cody, con voz relajada.
Courtney arqueó una ceja.
"¿Así cómo?" preguntó Courtney, con leve curiosidad.
Cody sonrió antes de soltar la frase con total seguridad.
"Relajada. Viendo el mundo más como un lugar para disfrutar y menos como una competencia constante."
Courtney resopló antes de sacudir la cabeza.
"No puedo. Mi mente simplemente no funciona así," dijo Courtney, sin perder su tono firme.
Cody soltó una leve risa.
"Oh, claro. Porque es imposible que Courtney baje la guardia y disfrute de algo sin buscar el ángulo estratégico," dijo Cody, con tono juguetón.
Courtney rodó los ojos, pero no pudo evitar sonreír de lado.
"La estrategia es importante," dijo Courtney.
Cody la miró con calma antes de responder con algo más sincero.
"Sí. Pero también lo es disfrutar el momento cuando tienes la oportunidad."
Courtney no respondió de inmediato.
Porque, por más que intentara negarlo, Cody tenía razón otra vez.
El sol descendía lentamente, tiñendo el cielo con tonos dorados y anaranjados. La casa del árbol tenía un aire tranquilo, casi privado, como si estuviera suspendida en su propio espacio dentro del campamento.
La música flotaba en el aire, suave pero presente, marcando un ritmo relajado en la conversación.
Courtney ya no parecía tan rígida como cuando llegó. No estaba completamente relajada su naturaleza no le permitía soltar el control tan fácil pero algo había cambiado.
Hablaba más, gesticulaba con menos tensión, y aunque no se daba cuenta, su postura ya no era de una persona que estaba lista para discutir.
Y Cody, con su energía despreocupada y coqueteos ligeros, seguía dejando que el momento avanzara sin apuro.
Porque él no tenía que convencerla de nada. Solo tenía que darle espacio para que lo descubriera por sí misma.
Y poco a poco, lo estaba logrando.
Sentado en el borde de la plataforma, Cody pasó una mano por su cabello aún un poco húmedo por el lago.
"¿Sabes? Si hubiéramos hecho esta casa en tu equipo, ¿cuánto crees que hubieran tardado?" preguntó Cody, con una sonrisa ligera.
Courtney soltó una leve risa, sin pensarlo demasiado.
"Semanas. Tal vez meses," respondió Courtney, apoyando los brazos en la mesa.
"¿Semanas?" repitió Cody, fingiendo dramatismo. "Vamos, no pueden ser tan malos."
Courtney arqueó una ceja, como si estuviera evaluando si Cody realmente no entendía su sufrimiento.
"Si te dijera lo que me hicieron pasar hoy, tal vez reconsiderarías tu confianza en la raza humana."
Cody soltó una carcajada, inclinando la cabeza con interés.
"Vaya, eso suena a una historia que necesito escuchar," dijo Cody, con tono juguetón.
Courtney exhaló, pero no con molestia, sino con esa energía que uno tiene cuando recuerda algo ridículo y no puede evitar contarlo.
Mientras hablaba, Courtney se movía más libremente, sus expresiones eran más naturales, más espontáneas.
Como si, sin darse cuenta, la estructura de la conversación la estuviera dejando entrar en confianza.
"Primero, Duncan desapareció por dos horas, sin explicación. Luego, Owen confundió el mapa con su servilleta y lo tiró con salsa encima. Después, Harold intentó arreglarlo con su 'memoria fotográfica' y resultó que recordaba otro mapa que no tenía nada que ver con el desafío. Y para rematar, Trent se resbaló y cayó sobre todo nuestro equipo," dijo Courtney, con un resoplido.
Cody escuchaba con una sonrisa creciente, sus ojos brillando con diversión.
"Wow. Realmente tienes talento para elegir compañeros," dijo Cody, con tono burlesco.
Courtney le lanzó una mirada afilada, pero era más una advertencia juguetona que una verdadera molestia.
"Oh, sí, porque aquí podemos elegir," respondió Courtney con sarcasmo.
Cody apoyó la barbilla en su mano antes de soltar otra línea con tono ligero.
"Bueno, siempre puedes considerar cambiar de equipo. Yo acepto solicitudes, aunque la cuota de entrada es alta."
Courtney rodó los ojos, pero por primera vez en todo el día, no sentía estrés.
Sentía... ¿diversión?
Era raro.
Pero tampoco estaba en contra.
"¿Por qué se siente tan diferente hablar con él?" pensó Courtney, observándolo de reojo.
Cody no intentaba desafiarla como Duncan. No intentaba hacerla perder la paciencia como Owen.
Él simplemente... estaba ahí, dejando que la conversación fluyera sin presión.
Sin expectativas. Sin exigencias.
"¿Es por la manera en que sonríe todo el tiempo?" pensó Courtney, exhalando suavemente.
Porque, de alguna manera, esa seguridad despreocupada era molesta... pero también intrigante.
Y eso la estaba poniendo en un lugar desconocido.
Porque ella no solía bajar la guardia.
Pero, por alguna razón, con Cody... no parecía algo tan descabellado.
Cody la miró con calma, como si pudiera notar que algo en su expresión había cambiado.
"Sabes, deberías relajarte más seguido. No te queda mal," dijo Cody, con una sonrisa que tenía un toque de picardía.
Courtney cruzó los brazos, pero la manera en que lo hizo no fue defensiva.
Fue más como si estuviera reprimiendo una respuesta demasiado honesta.
"No es como si fuera fácil," dijo Courtney, con un leve suspiro.
Cody inclinó la cabeza antes de responder con tono despreocupado.
"No tiene que ser fácil. Solo tiene que valer la pena."
Courtney lo miró por unos segundos, analizando sus palabras antes de soltar una leve sonrisa.
Y ahí estaba.
El momento exacto en el que Courtney se dio cuenta de que Cody tenía algo que era imposible de ignorar.
Algo que hacía que estar con él fuera... diferente.
Algo que ahora tendría que procesar.
Después de un rato de conversación, Cody se dio cuenta de que Courtney estaba más relajada, pero aún tenía esa ligera rigidez de alguien que no soltaba el control por completo.
La música seguía sonando en el fondo, manteniendo el ambiente tranquilo, pero él quería llevarlo un paso más allá.
Hacía falta algo que la distrajera completamente, que la hiciera concentrarse en otra cosa sin pensar en estrategias, sin preocuparse por su equipo o por el caos del campamento.
Entonces, tuvo una idea.
"Necesitas un desafío que no requiera demasiado esfuerzo, pero que sí te haga pensar," dijo Cody, con una sonrisa astuta.
Courtney levantó la mirada, con interés pero aún con cierta cautela.
"¿Qué estás planeando ahora?" preguntó Courtney, arqueando una ceja.
Cody sacó su teléfono, buscó algo rápido y luego levantó la pantalla hacia ella.
"Juegos de trivia," dijo Cody con confianza. "Algo rápido, divertido... y perfecto para alguien como tú, que adora probar que tiene la mente más afilada que los demás."
Courtney frunció el ceño por un segundo, evaluando la propuesta.
Era simple.
Pero también era perfecta.
Porque, sí, tenía razón. Ella adoraba ganar.
Courtney exhaló antes de asentir con tranquilidad.
"Muy bien. Pero si vamos a hacer esto, que sea algo desafiante. No preguntas aburridas," dijo Courtney, acomodándose mejor en su asiento.
Cody sonrió ampliamente, viendo que su plan estaba funcionando.
"Ah, ¿quieres algo difícil? Perfecto, porque ahora tengo una misión: hacer que falles al menos una vez," dijo Cody, con tono juguetón.
Courtney rodó los ojos, pero una sonrisa apareció en su rostro.
"Suerte con eso," respondió Courtney, sintiendo cómo la competencia despertaba su interés.
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Cody seleccionó las primeras preguntas y comenzó el juego.
"Primera pregunta... ¿Cuál es la única letra que no aparece en ningún estado de EE. UU.?"
Courtney parpadeó un par de veces antes de responder con seguridad.
"¿Q?"
Cody miró la respuesta y fingió sorpresa.
"¡Correcto! Pero era fácil... hasta ahora te lo estoy poniendo demasiado simple," dijo Cody, con una expresión de falsa decepción.
Courtney soltó una leve risa, cruzando los brazos.
"No es mi culpa que te subestimes," dijo Courtney con tono desafiante.
Cody arqueó una ceja antes de lanzar otra pregunta.
"Bien, siguiente: ¿Qué país tiene la mayor cantidad de pirámides en el mundo?"
Courtney dudó por un segundo, pero luego respondió con seguridad.
"Egipto."
Cody soltó una leve carcajada antes de levantar un dedo.
"Error. Es Sudán."
Courtney se quedó en silencio por un segundo antes de abrir la boca para reclamar, pero luego se detuvo.
Porque, después de pensarlo...
Sabía que era verdad.
Courtney lo miró fijamente, sintiendo una ligera incomodidad por perder, pero también una extraña emoción.
Porque Cody no solo estaba relajado.
Era inteligente.
Y lo peor de todo es que lo hacía parecer fácil.
"¿Cómo demonios tiene tanta confianza sin siquiera intentarlo?" pensó Courtney, ajustando su postura.
Cody tenía esa manera de moverse, de hablar, de sonreír con seguridad, como si entendiera todo el juego desde el inicio.
Era irritante... pero también atractivo.
Y eso la ponía en un dilema interno que no esperaba.
"No puedo perder," pensó Courtney, sintiendo que ahora la competencia tenía una nueva razón para ser interesante.
Cody notó la reacción de Courtney y decidió jugar con ello.
"¿Te sorprende que te venciera en una pregunta?" preguntó Cody, inclinando levemente la cabeza.
Courtney entrecerró los ojos antes de responder.
"No me sorprendió. Solo no me esperaba que lo disfrutaras tanto," dijo Courtney, fingiendo indiferencia.
Cody sonrió ampliamente.
"No voy a negar que es divertido. ¿Sabes qué más es divertido? Ver tu expresión cada vez que sientes que pierdes terreno," dijo Cody, con tono ligero.
Courtney lo miró con incredulidad antes de negar con la cabeza.
"¡No pierdo terreno! Sólo estaba evaluando la respuesta," dijo Courtney, en su clásica actitud competitiva.
Cody se inclinó ligeramente hacia ella.
"Oh, claro, como si tu análisis repentino no tuviera nada que ver con el hecho de que ahora me estás observando más," dijo Cody, con una expresión astuta.
Courtney sintió su cara calentarse levemente antes de girar los ojos, tratando de recuperar su equilibrio.
"Solo sigue con las preguntas," dijo Courtney, sintiendo que ahora el juego tenía más peso del que imaginó.
Las preguntas siguieron, el ambiente se relajó, y de alguna manera, la competencia empezó a sentirse menos como un desafío y más como una forma de conectar.
Courtney seguía firme, pero con cada pregunta, cada risa, cada broma de Cody, algo cambiaba lentamente en su percepción de él.
Porque él no solo la hacía competir.
La hacía disfrutar el momento.
Y eso, aunque no quería admitirlo, era una de las cosas más difíciles de conseguir con ella.
Pero Cody, sin esfuerzo aparente, lo estaba logrando.
La casa del árbol se había convertido en un ring improvisado de trivia, con Cody y Courtney en lados opuestos de la mesa, su energía de rivalidad comenzando a crecer.
La música seguía flotando en el aire, dándole al ambiente un ritmo más ligero, pero el verdadero espectáculo estaba en la manera en que ambos se estaban metiendo en el juego.
Courtney estaba cada vez más concentrada, enfocada en ganar cada ronda, mientras que Cody en un movimiento estratégico decidió comenzar a dejarla ganar poco a poco para que se relajara.
Pero lo hacía de manera tan sutil, que Courtney no lo notaba.
Todavía creía que estaba ganando por mérito propio.
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Cody apoyó la barbilla en su mano, observando a Courtney con una expresión divertida mientras ella respondía otra pregunta con total confianza.
"La respuesta es... ¡Marie Curie!" dijo Courtney, cruzando los brazos con satisfacción.
Cody miró la pantalla de su teléfono, asintiendo con lentitud.
"Correcto," dijo Cody, fingiendo un pequeño gesto de falsa sorpresa. "Vaya, eres más lista de lo que imaginé."
Courtney levantó una ceja, con una sonrisa satisfecha.
"¿De qué estás hablando? Siempre he sido lista," respondió Courtney, sin dudarlo.
Cody sonrió de lado antes de girar los ojos con diversión.
"Claro, pero en algún punto pensaba que eras más dictadora que genio," dijo Cody con tono juguetón.
Courtney resopló, pero ahora su actitud era mucho más relajada.
"Solo porque me gusta hacer las cosas bien, no significa que sea una dictadora," dijo Courtney, rodando los ojos.
Cody apoyó los codos en la mesa antes de responder con tono astuto.
"Bueno, al menos ahora estás disfrutando algo sin tratar de controlar cada detalle," dijo Cody, con una expresión satisfecha.
Courtney se quedó en silencio por un segundo antes de darse cuenta de que, efectivamente... tenía razón otra vez.
Y eso la molestaba.
Pero también la hacía sentirse más cómoda.
La trivia seguía avanzando, y Cody comenzó a tomar un nuevo enfoque.
Ya no intentaba ganarle en cada ronda.
Ahora dejaba pequeñas victorias para Courtney, asegurándose de que no fueran demasiado obvias.
Y poco a poco, Courtney empezó a sentirse más confiada, más competitiva... más metida en el juego.
"¡Hah! La capital de Mongolia es Ulán Bator," dijo Courtney, con una sonrisa triunfal.
Cody miró la pantalla y asintió lentamente.
"Bien, parece que el dominio mundial está cerca," dijo Cody, fingiendo dramatismo.
Courtney se inclinó levemente hacia la mesa, con una sonrisa astuta.
"Mejor que estés preparado. No me gusta ganar solo por poco," dijo Courtney, con tono desafiante.
Cody soltó una leve risa antes de responder.
"Oh, claro. Porque esto es una guerra, no un juego," dijo Cody, sin perder su expresión relajada.
Courtney le lanzó una mirada de advertencia.
"Siempre es una guerra," dijo Courtney con seguridad.
Cody observó la forma en que sus ojos brillaban con determinación y supo que su estrategia estaba funcionando.
Courtney estaba completamente concentrada en la competencia, en lugar de en el estrés del día.
"¿Por qué se siente tan bien estar aquí?" pensó Courtney, tomando una bocanada de aire.
Era raro.
Normalmente, si la hacía perder el tiempo, se habría levantado y se hubiera ido.
Pero con Cody...
El tiempo parecía avanzar de otra manera.
No estaba preocupándose por estrategias o por corregir el desastre de su equipo.
Solo estaba aquí, disfrutando el momento.
Y eso era peligroso.
Porque hacía que Cody se sintiera más interesante.
Más atractivo.
Más difícil de ignorar.
Cody miró la siguiente pregunta y decidió que era momento de hacerla sentir que estaba dominando el juego.
"Bien, esta es la última pregunta... y será la más difícil," dijo Cody, con un tono serio.
Courtney se acomodó en su asiento, lista para el desafío.
"Adelante. Estoy lista," dijo Courtney, con seguridad.
Cody miró la pantalla y leyó la pregunta con lentitud.
"¿Cuántas sinfonías compuso Beethoven en total?"
Courtney pensó por un segundo, y luego su expresión cambió.
"Nueve," respondió Courtney, con una certeza absoluta.
Cody sonrió antes de hacer una pausa dramática.
Y luego asintió.
"¡Correcto! Felicidades, acabas de convertirte en la reina de la trivia," dijo Cody, levantando las manos como si anunciara su derrota.
Courtney soltó una leve risa antes de apoyarse en la mesa.
"No esperaba menos," dijo Courtney con satisfacción.
Cody observó su expresión relajada, su sonrisa genuina, y supo que su misión había sido un éxito.
Courtney finalmente estaba disfrutando algo sin preocuparse demasiado.
Y eso, por sí solo, era una victoria aún mayor que cualquier trivia.